OPINIÓN
Un trocito de carnaval de antaño
Entre copla y copla también viví los entresijos de un taller de costura que de diario era tradicional, pero que en carnaval se volvía una explosión de color

Como ya dije hace un par de artículos este año el carnaval lo tengo un poco más dejadillo, ojo que no olvidado, ya me he visto alguna coplilla en Onda Cádiz, pero en directo me está costando un poco más. No obstante, nunca me desvinculo ... totalmente de él, porque es algo que como buena viñera he «mamao» no por nada pasé muchas horas de mi infancia en taller de corte y confección de Tere, cuyo marido es Joaquín Enríquez antiguo miembro del afamado coro de La Viña, el cual escribió alguna que otra letrilla suelta para el coro, ya sabéis aquellas maravillas como «Los caballitos que suben y bajan», «Plastilina», «Rodeo», «Casanova», «Los liberales de 1800», «Batmonos que nos vamos» y el gran pelotazo de «Takatá chin chin pompón», sí ya sé que estoy hablando de títulos del coro del siglo pasado, pero es un trocito del carnaval de antaño que yo he vivido y me siento feliz de recordar, sobre todo por hacerlo junto al arte que tiene Joaquín, quien más tarde escribiría la letra de su propio coro junto a Amaro Portillo y música de José El ensaladilla llamado «Botín» y participaría en varias charangas familiares como «La banderas» y «Los pa sotas del carnaval», así que entre copla y copla también viví los entresijos de un taller de costura que de diario era tradicional, pero que en carnaval se volvía una explosión de color con rasos, plumas, encajes y madroños, donde se entremezclaban los tipos de carnaval con los preciosos trajes de piconera. Así que este artículo en mi particular homenaje a Joaquín Enríquez, a quién quiero como a un padre, por haberme metido el gusanillo del carnaval, que de seguro no he sabido cantar, esa ha sido mi pena, pero sí disfrutar. Que por cierto siguiendo con los homenajes a Joaquín este año cumple 50 años, junto a Antonio Guerrero antiguo concejal del ayuntamiento, como miembros del Coro Parroquial Misa Típica Gaditana, en la Iglesia de Nª Sª de la Palma, ahí es «na». Con estas cosas eché una bonita tarde de febrero.