OPINIÓN
Mi semana como librera
Pero cuando vivo una feria lo siento como un triunfo tanto personal como cultural
Como bien sabéis cada vez que hay un evento literario ahí que voy a meter cuña, o por lo menos lo intento. Que procuro meter cabeza en las ferias de los libros no es un misterio, algunas veces lo consigo, otras no. Pero cuando vivo ... una feria lo siento como un triunfo tanto personal como cultural. En la última que he estado como podréis imaginar es en la de San Fernando, la cual este año ha estado espectacular, con un cartel literario de lujo. Pero en lo que a mí respecta ha sido una experiencia brutal porque en esta ocasión aparte de ser autora firmante, he podido asumir el papel de librera (eso sí, como decía yo con un poco de guasa, en calidad de becaria junto a mi amigo Juan López) gracias a la librería Rita´s Bookshop, sita en la calle Tarantos junto a la plaza de las Alegrías (por Camposoto), ¿por qué nombro la dirección? Obviamente para que la visitéis, pero también por lo bonito de su ubicación, ¿qué puede haber más bonito que acompañar a los libros por tarantos y alegrías? Yo ya tenía experiencia con el público y no me pesa interactuar con la gente, es más me encanta, generalmente hablando, claro, que siempre hay algún tonto de turno, pero una cosa es vender pizzas y otra hacerlo con tu pasión: que en mi caso son los libros, entonces las ventas pasan de ser simplemente ventas a compartir un poco de tu corazón. Fue una gozada ver cómo la gente sonreía cuando daban con el libro que buscaban o encontraban, no por nada el lema de la librería de Rita es: «Donde los libros te encuentran a ti». Desde el otro lado del stand viví muchas anécdotas, como improvisar el arreglo de un datáfono que se había pegado un «jardazo» contra el suelo, ver a Benito Olmo pasear con la bolsa de la librería por todas partes, ofrecernos en préstamo un busto de Paco Alba para apoyar a un autor o enterarme de dónde viene el nombre de Carmen Mola, que si bien está en todos los medios, no es lo mismo escucharlo de boca de uno de sus autores; Antonio Mercero que se acercó a nuestra caseta y nos habló de varias cosas mientras yo mantenía una conversación casual y «pro» intentando no mostrar mi lado fan adolescente, lo cual conseguí con éxito todo sea dicho. Por cierto, hablando de fenómeno fan, la de gente, principalmente muchachas, que generó la autora Inma Rubiales teniéndose hasta que repartir números para el turno de firma. Pero no era la única que tuvo su particular fila de lectores, tanto los autores «del ayuntamiento» (como yo les llamaba) por nombrar alguno: Susana Martín Gijón, Cristina Morató, Luís García Gil, Paco Torrejón, entre otros, como los autores «de las casetas», por ejemplo Purificación García, Mª Carmen Orcero, Jesús Relinque, Almudena Fuentes, Alberto Puyana (que por cierto, es el comisario del Festival Gaditanoir de novela negra que tendrá lugar en Cádiz en noviembre) y por supuestísimo yo misma, tuvimos nuestros propios lectores aquellos que ya nos conocían y los nuevos por conocernos, ¿así qué más se puede pedir? Fui feliz, feliz con el ambiente, con la compañía, con el público, cuando una chica vino a buscar mi novela un sábado después de conocerme un martes, feliz de hablar con la gatita de peluche de Rita y feliz porque Daniel Heredia y Pepa Pacheco organizaran tan bonito festival del libro. Cristina este año me mandó un Whatssapp diciendo: ¿Te vienes? Ahora yo le pregunto para el que viene: ¿Repetimos? Eso sí, los becarios ascendemos de categoría en prácticas, ¿verdad, Juan y Mila? De nuevo, muchas gracias a Cristina y David.