opinión
Repasito
En vez de intentar quedarme con el prójimo, he pensado que mejor es hacer un repasito de algunas de mis columnas de este año, a modo de feedback
Bueno pues ya estamos en la última columna del año (al menos en la que a mí respecta) y coincidiendo con una día muy particular, en de los Santos Inocentes, pero al igual que soy malísima contando chistes (que no teniendo chispa), lo soy también ... a la hora de hacer inocentadas, se me ve venir, ¡qué le vamos a hacer!, será porque en el fondo, soy yo una inocentona de libro. Así que en vez de intentar quedarme con el prójimo, he pensado que mejor es hacer un repasito de algunas de mis columnas de este año, a modo de feedback. En las columnas de principios de año, la de «Alicia en el País de las Maravillas» y la «sopa de Shakira» hago referencia a la subida del combustible y de la compra, intercalados con otros temas de actualidad como el trending topic del tándem Shakira-Piqué y me he dado cuenta que nada ha variado en esos temas a lo largo del año, la cesta de la compra sigue siendo carísima y Shakira y Piqué siguen dando juego, de hecho este último tema a mí personalmente me hastía ya, pero… por lo visto no solo las mujeres facturan, sino todos lo que están metidos en ese embolado mediático, y oye quién soy yo para criticarlo, no serán las primeras ni las últimas víctimas del «salseo». Luego no encontramos con las IA que me dejan el corazón partido, por un lado me parecen una herramienta fascinante para ciertas cosas, pero son una piedra en el camino para el que quiera ser un escrito genuino, así que como lo camaleones me encuentro como un ojo mirando para cada lado. De esa columna pasé a otra donde relataba mi experiencia en el que, sin duda, fue mi acontecimiento favorito del año; el IX Congreso de la lengua española, del que disfruté como una niña con zapatos nuevos, admirada como siempre de la capacidad de improvisación de la ciudad de Cádiz para organizar un evento de tal envergadura dos años antes de lo previsto y de todo lo que aprendí y disfruté de todo lo que rodea a nuestra maravillosa lengua, dejando las polémicas históricas aparte. Ya por mayo toqué el tema de la Eurovisión, como siempre un fiasco, las comuniones, que algunas se salían de madre con los vapers como regalo, y otras tenían mucho arte con carruaje incluido; y la selectividad como prueba de fuego a la hora de pasar de la adolescencia a la adultez o al menos a cierta parcela de responsabilidad a la hora de elegir un futuro laboral. El verano nos trajo la polémica de la fecha de las elecciones, ya sabéis eso de que las pusieron en plenas vacaciones y el voto por correo daba mucha pereza; las staycation, el fallecimiento de dos grandes artistas Tina Tuner y Carmen Sevilla, y el mundial de fútbol femenino, del que me quedo que somos campeonas, porque vaya telita con el resto…En otoño nos encontramos con la gota fría que paralizó a la mitad de los trenes del centro de la península, como Cádiz montó su gran evento por antonomasia: La gran regata, la mayoría de edad de la Princesa de Asturias, y la resistencia de las hamburgueserías de la capital, si el año pasado fue el Menoc Donald, este año fue La huella en su reinventada ubicación del Brooklyn, pasando por los Grammys. El invierno acaba de empezar, no me ha dado tiempo a destacar gran cosa a excepción de otro fallecimiento de una artistaza: Concha Velasco, conocida por varias generaciones entre el siglo pasado y el presente que eso es mucho decir. En fin en unos días entramos en el 2024, a ver con qué nos topamos, aparte del frío húmedo que está haciéndome tiritar más que una espuerta de gatitos chicos.