Opinión

Los propósitos para el nuevo año

«Personalmente me parece uno de los objetivos más difíciles, bueno no he fumado nunca, así que tampoco tengo con qué comparar la dificultad»

Ya han pasado las campanadas, esta noche vienen los Reyes Magos, nos queda solo el fin de semana para disfrutar de lo que queda de las fiestas, nuestros regalitos, nuestras chuches y por supuesto los roscones de reyes (sí, en plural porque yo ya he ... catado alguno), y ya después de eso, el lunes.

Pero, no es un lunes cualquiera, es el primer lunes laboral del año para todos, del que no se libra casi nadie de pringar, es «el lunes» de empezar con todos los propósitos para el nuevo año, tales como dejar de fumar, aunque creo que cada vez se fuma menos, iniciar las dietas depurativas y/o adelgazantes, tomarse las cosas con más calma, intentar descansar más, usar menos el móvil, ser más empático, iniciar nuevos proyectos o retomar los que tenemos en el tintero, volver a estudiar, o tal vez empezar a estudiar… Pero sobre todo el propósito por antonomasia; el hacer ejercicio físico o practicar un deporte, ya vaya unido a la dieta que queramos iniciar, como complemento al estado de depuración espiritual, tipo zen, que necesitemos para liberar los chacras, o como objetivo para pasar una oposición para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado o Fuerzas Armadas, situación en la que se encuentran muchos amigos y conocidos míos y que yo también he sufrido en mis propias carnes.

Personalmente me parece uno de los objetivos más difíciles, bueno no he fumado nunca, así que tampoco tengo con qué comparar la dificultad, pero ya se sabe, estadística y popularmente siempre se ha dicho que «el chiringuito de playa hace su agosto y el gimnasio hace su enero», y aunque las nuevas generaciones, al menos las que tienen cierto nivel adquisitivo de vida (ya se sabe, la comida orgánica,' bio', y 'ecofriendly' no es barata, ni la «normal», ya puestos), abogan por el 'wellness' ese «palabro» que define un estado óptimo de bienestar, todavía están aquellas personas a las que me referiré coloquialmente como «los que les pesa el culo», no porque lo tengan grande literalmente, sino porque les cuesta arrancar cualquier actividad física en un día cualquiera, dificultando así su iniciación en el mundo del 'fitness'. Si a esta falta de ganas de moverse le unimos los nuevos medios de transporte que nos facilitan la movilidad, pues eso, menos ganas tiene uno de moverse por su propio pie. Y es que no se puede negar que es muy cómodo que te lleven de aquí para allá, y esto lo he podido constatar desde que hago uso del abono de Renfe. Yo usualmente suelo hacer uso del tranvía o del Cercanías en el trayecto de San Fernando a Cádiz, no obstante he observado que muchos usuarios de dicho medio de transporte, al ser gratuito, lo usan para moverse tan solo entre un par de paradas, no solo la personas mayores, con dificultades, o cargadas de mandados, sino todo tipo de personas, jóvenes, de mediana edad…,

Así que cuando antes se paseaba andando un par de kilómetros por la calle Real, con el consiguiente esfuerzo físico y por lo tanto, haciendo un mínimo de ejercicio beneficioso, ahora se hace sentando en tranvía o montado en patinete. Este fenómeno me ha llevado a pensar en la película de Wall-E de Disney en la que todos los humanos de la estación espacial se habían vuelto obesos y sedentarios porque solo se movían en cómodos aerodeslizadores de un lugar a otro de la nave.

Tal vez penséis que soy un poco exagerada, pero ojo, no os fiéis de que una distopía no pueda hacerse realidad, es más, es más fácil que eso ocurra a que lo haga una utopía.

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