OPINIÓN
La princesa y Elcano
Elcano es tan nuestro como el pescaíto frito, el carnaval o el levante
La llegada, presencia y partida de Elcano tiene una profunda raigambre en la tradición gaditana como ya sabemos, Elcano es tan nuestro como el pescaíto frito, el carnaval o el levante. El que más o el que menos ha hecho cola para verlo las innumerables ... veces que ha visitado Cádiz, bien por libre, bien en las grandes regatas, siendo algunas de estas visitas más significativas que otras, pero siempre dejando un profundo cariño entre los gaditanos. Entre las más significativas podemos reseñar La Gran Regata del Quinto Centenario, la de la participación del Príncipe de Asturias, y cómo no, la del sábado pasado con la Princesa de Asturias a bordo, treinta y ocho años después del embarco de su padre. Ambas ocasiones tuvieron gran repercusión mediática con era de esperar, pero nada que ver una con la otra, ni los medios visuales son los mismos, ni el alcance de la noticia es la misma, ni la participación popular tampoco, además que el concepto actual que se tiene de la monarquía poco tiene que ver con el se tenía hace treinta y ocho años. Ni siquiera el concepto que se tiene del buque es semejante, siendo tildado por algunas opiniones populares como «el narconavío más bonito del mundo» (esto lo he leído por ahí no es de mi cosecha), que ya les vale «para una vez que maté a un perro, me llamaron mataperros», pero sin duda el comentario que más me llamó la atención era uno que decía que la que subía al trinquete no era la princesa, sino una doble, lo primero que pensé fue: «Joder, la muchacha se va a tener que poner una «GoPro» para grabarse mientras sube». Pero luego me paré a pensar que si ese comentario era porque querían ir contra la monarquía y por lo tanto iban a la crítica, o porque simplemente no creían que una muchacha, criada entre algodones supuestamente, no iba a ser capaz de subir hasta allí arriba. La verdad que me generó muchas dudas el comentario, no recuerdo que nadie dudara de la pericia del padre cuando subió al trinquete, ahí lo dejo.