Naturalizando la pobreza
Recientemente ha cerrado una histórica juguetería de la Isla tras ochenta y dos años de existencia y pronto lo hará un bar también con bastante solera
Dándome una vuelta por el centro de San Fernando, observé que hay varios locales cerrados desde hace mucho tiempo, circunstancia que se está dando en la mayoría de las ciudades, recientemente ha cerrado una histórica juguetería de la Isla tras ochenta y dos años de ... existencia y pronto lo hará un bar también con bastante solera, la verdad es que no sé muy bien la razón de la juguetería, pero supongo que ha sido el desgaste, en el caso del bar es porque la dueña se jubila.
Esto no sería algo llamativo si no fuera porque ese local, visto lo visto, también se quedará cerrado a cal y canto, sin que nadie herede, me refiero metafóricamente, el negocio. Antes se cerraba una tienda y a los pocos meses alguien lo intentaba con otra actividad, pero con la que está cayendo cualquiera emprende. Por ahí pondrán la excusa que la culpa es de los centros comerciales y la venta on line, que no digo que no tendrán parte de razón, ya que muchos negocios se han tenido que reinventar y pasarse a la web porque no les alcanzaba para el alquiler del local, pero creo que en el caso de San Fernando, en mi humilde opinión, no ha habido gran competencia entre el Bahía Sur y el pequeño comercio de la ciudad, a la vista está que han coexistido durante treinta años. La cosa es que la gente simplemente no puede más, y echan el cerrojazo. Y aunque es más acusado en la pymes, las grandes empresas también andan remodelando su manera de trabajar para adaptarse al medio. Como es el caso de esos conocidos grandes almacenes que cuentan con numerosos servicios desde financiera, hasta agencia de viajes, y que ahora van a lanzarse al mundo de la banca, y convertirse en banco con el beneplácito del Banco de España, y el apoyo de otro conocido banco, para expandirse más allá de los servicios de su propio grupo empresarial, que hasta ahora, venía ofreciendo. Supongo que a ellos estos cambios les vendrán de lujo, por no decir una barbaridad, pero que a los clientes que hagan uso de sus servicios de financiación a través de su tarjeta les va a fastidiar un poco, sino bastante, las nuevas comisiones en las compras que hagan con intereses. Por lo que vaticino, puede que me equivoque, que habrá una gran cantidad de bajas de dichas tarjetas, porque hasta con eso hay competencia entre bancos y financieras que intentan esposarte a su entidad de una manera u otra. ¿Qué conclusión podemos sacar de todo esto?, que la pérdida del poder adquisitivo está haciendo que perdamos el estado de bienestar que todo sistema democrático debería salvaguardar, naturalizando de manera gradual el estado de pobreza de muchas familias y colectivos. Maquillando con eufemismos y esas «neo palabras», que como ya sabéis me encanta criticar, los estados tal vez de no de penuria extrema, pero sí los de no llegar a fin de mes, como algo normal.
Nos encontramos con «trabacaciones» tele-trabajar incluso estando de vacaciones, los «job hoppers» los que cambian constantemente de trabajo (supuestamente de manera voluntaria, aunque yo no lo tengo muy claro), las «staycation» que son las vacaciones «de ir cerquita», por ejemplo cuando nos vamos a Islas Mágica en vez a Disneyland Paris. Y la más dura de todas, el «friganismo»; que es el rebuscar en la basura para buscar comida. Pero nada, de momento a apagar los escaparates a las diez, que es buena medida de ahorro energético, pero ¡ojo!, que el molino ya existía en El Quijote y sigue funcionando, pero se podía aprovechar mejor.
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