OPINIÓN
Mujer contra mujer
Si algo me molesta realmente, es que una mujer eche tierra en su propio tejado, o lo que es lo mismo contra su propio género, echando por tierra todos los ideales por lo que han luchado nuestras antecesoras
De normal suelo escribir en el salón de casa, con mi marido en el sofá viendo la tv o los vídeos de las redes o escuchando cualquier cosa que le interese en ese momento. La verdad es que no me molesta tener murmullo de fondo, ... si no es exagerado, claro. Así, aunque cada uno esté a lo suyo, nos hacemos compañía y de vez en cuando hasta nos charlamos. No suelo estar muy metida en política, como os habréis dado cuenta a lo largo de mis artículos, no sé si por falta de interés real, porque me hastía o simplemente porque no la termino de entender. A ver entiendo lo básico como para ser consciente de lo que voto y tener mi propio criterio. Pero es de los pocos temas de los que no puedo aportar nada interesante en una conversación. Me considero feminista, pero no feminista extrema, es decir no comparto el ideario de algunas mujeres de que el hombre es malo malísimo tan solo por ser hombre. No estoy a favor de las mujeres que abusan de las leyes que son necesarias para proteger a víctimas reales y que las usan como violencia vicaria o al menos para presionar psicológicamente a su pareja, por ejemplo. Pero si algo me molesta realmente, es que una mujer eche tierra en su propio tejado, o lo que es lo mismo contra su propio género, echando por tierra todos los ideales por lo que han luchado nuestras antecesoras. ¿Y por qué comente lo de salón en el primer párrafo? Porque a mi marido sí le gusta la política en general y casi siempre tiene puesto algún vídeo sobre el tema, tanto nacional como internacional, y en uno de esos «murmullos» escuché a una política latinoamericana (no presté mucha atención de dónde exactamente) decir algo así como: «La mujer debe ser mantenida por su marido, quien trae el sustento fuera de la casa, y deberá encargarse de su cuidado y del cuidado de la casa , la familia y sus labores y aquella que no cumpla con su deber deberá ser sancionada», levanté la vista de mi portátil tan rápidamente que me dio hasta un tirón, mientras exclamaba ¡¿Cómo?! o ¡¿WTF?! Había tantas, pero tantas cosas mal en esa frase que no sabía cómo reaccionar. Primero pensé que se había confundido de siglo, después me imaginé una escena El cuento de la criada, que por otro lado tal escena no es tan descabellada hoy en día porque se da en muchos países extremistas donde el sexo femenino lleva burka y el resto que no sea hombre es apedreado, ya me entendéis. Luego pensé: ¿y qué le pasaría al hombre que no lleva el sustento en condiciones, que no cuida del bienestar de su familia, etc.? ¿También se le sanciona? Además de qué pensaría esta mujer del género no binario y resto identidades. Y de que el concepto de «familia tradicional» se va diluyendo, por lo tanto su sentencia hace aguas. Pero lo que más me crispó fue que era una mujer, sí una mujer, la que dijo con dos cojo… tal burrada y me deja una sensación de que nuestra lucha constante se va por el desagüe. Menos mal que Claudia Sheimbaum ganó las elecciones presidenciales de México (me es indiferente el partido al que represente, sino lo que representa ella misma) y nos da la esperanza de que la lucha por la igualdad de derechos en mundo se va fraguando poco a poco, gracias a otras políticas que han estado ahí como Margaret Thatcher, Dilma Roussef, Draupadi Murmu entre otras, aunque haya mujeres que vayan en contra de otras mujeres que tienen la intención de que vayamos para atrás como los cangrejos. Por cierto, la que lio Taylor Swift en Madrid, ¿no?