opinión

Estudiar o no estudiar

Si estudiar es «pa na», pues nada, que sigan así que ya les pastorearán, una vez terminado su minuto de gloria

No suelo escuchar las conversaciones ajenas, en general, y en el Cercanías u otros medios de transporte en particular. Normalmente me abstraigo en mis pensamientos, hago uso del móvil ocasionalmente, o me enfrasco en cualquier lectura que tenga pendiente en mi ebook, el cual está ... perenne en cualquiera de mis bolsos, junto a la cartera y las llaves.

Pero, a veces es inevitable no oír lo que se dice a tu alrededor, bien por la cercanía del hablante, bien porque el susodicho habla más alto que un pregonero de antaño. Así pues, si la conversación me resulta amena o simpática, no me da remordimientos poner la oreja.

El otro día sin ir más lejos, me empapé de toda la información sobre cómo cuidar una orquídea, tema que fue interrumpido por un grupo de chicos y chicas, de no más de veinte años, que debatían a voces que no merecía la pena estudiar visto lo visto. Para mi vergüenza cambié las preciosas orquídeas para intentar enterarme que era lo «visto lo visto».

Una de las chicas decía que se podía ganar un dineral en redes si te lo montabas bien, pero había que saber hacerlo (obvio, pensé yo), otro de los chicos decía que te hartabas de estudiar «pa na», porque al final terminabas en la hostelería si no te querías ir de la zona de la bahía, que los buenos trabajos con buenos horarios y salarios eran heredados, que no sé yo cómo se heredan los trabajos la verdad, al menos que sean empresas familiares, digo yo.

Otra de las chicas, la que parecía más o menos más juiciosa, dijo que también se podía opositar, a los que todos respondieron a dicho comentario, con un bufido y un «qué pereza» al unísono, y yo pensé: «Claro estudiar a piñón sin fecha de examen fija durante años no agrada a todo el mundo».

La conclusión que saqué es que, para ellos, estudiar no merecía la pena, algo que me pareció terrorífico. Sí, sí, terrorífico, me asusta que gente joven con edad de votar no tenga interés en tener conocimientos para evolucionar como persona y adquirir habilidades de autocrítica, para no seguir como borregos lo que es tendencia en las redes sociales. Ojo, no critico las redes como herramienta social, bien utilizadas nos abre un mundo de posibilidades, sino aquellos vídeos o post que dan su minuto de gloria al creador de su contenido, a costa de todo y de todos, sin importar las consecuencias a posteriori.

Me parte el corazón que las generaciones de ahora, que tienen todas las facilidades para alcanzar el conocimiento universal, sea del campo que sea, no hagan uso de ello, no meto a todos en el mismo saco por supuesto, pero hay un gran porcentaje que se ríe de su propia ignorancia, como se refleja en tantos vídeos en las redes, en los cuales se ve a gente preguntando nociones básicas de lengua, matemáticas, arte o geografía y se escuchan verdaderas barbaridades, y me diréis: «Esos vídeos son montajes con actores», y yo diré: «Me da igual», sean reales o fakes, el mensaje que dan es que la ignorancia es graciosa. Pues que sepan que a lo largo de la historia, esa que no estudian, al ignorante los de arriba siempre los han manipulado para ser corderitos ante su pastor. Qué lástima de la generación de mi abuelo, e incluso la de mi padre, que siempre quisieron estudiar, y la pobreza y las obligaciones, porque ellos crecieron con muchas obligaciones y pocos derechos, no les dejaron. Ahora, que si estudiar es «pa na», pues nada, que sigan así que ya les pastorearán, una vez terminado su minuto de gloria.

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