OPINIÓN
Día Mundial de Tejer en Público
Así, ¡hala! todos a tejer que es una actividad muy bonita y relajante
Este sábado fue el día mundial de tejer en público y yo sin acordarme, normal ando metida en tantos fregados que hasta se me olvidó el cumpleaños de mi mejor amiga y su hijo, algo realmente inconcebible, pero que ella como me quiere mucho no ... me lo tomó en cuenta. ¿Y por qué me dio rabia no acordarme? No del cumpleaños, que también, sino del Día Mundial de Tejer en Público, porque hubiera participado encantada, ya que aquí donde me veis aparte de escribir también se me dan las manualidades y el tejer, aunque también debo confesar que soy aprendiz de todo y maestro de nada, siempre pico un poquito de todo hasta que me aburro, característica típica de un géminis, ¿qué le vamos a hacer?
Así que cuál fue mi sorpresa al ver a las mujeres reunidas en la plaza Mina tejiendo sus coloridas labores, eso sí lo vi un poco de lejos para que no me diera envidia, y porque realmente andaba buscando donde sentarme para una cervecita, porque ese día me dio también por hace mi entrenamiento para el Camino de Santiago, y llevaba ya dieciocho kilómetros andados desde San Fernando hasta el casco antiguo de Cádiz, lo que yo diga en todos los fregados ando… Bueno que divago, el Día Mundial del Tejer en público es una bonita iniciativa que se forjó, de la mano de Danielle Landes, allá por 2005 (si bromas, please) y que se celebra cada segundo sábado de junio, de ahí mi rabieta de que no me acordara porque es una fecha fija, y que desde 2011 Astrid Salling se ha encargado de moverla a nivel mundial. Me gusta este día porque da conocer a las nuevas generaciones una actividad ancestral que no se debe perder.
Las manualidades, en este caso tejer o hacer crochet, es uno de los signos que hacen al ser humano, eso, pues ser humano. De hecho, la evolución hizo que el dedo pulgar se separara del resto para poder agarrar herramientas, entre ellas las agujas. El tejer, sea a dos agujas o a una, tiene muchas ventajas, antiguamente para fabricar ropa con las que cubrirnos y abrigarnos y actualmente como otra forma de evadirnos y luchar un poco con el estrés y como otra forma de arte que nos ayuda a expresarnos al igual que con la pintura, la escultura o la escritura, por ejemplo. Porque seamos sinceros ya nadie teje por necesidad, (al menos en el considerado primer mundo o mundo desarrollado), puesto que sale más barato hacerse con alguna prenda de manufactura, sino que lo hace por el placer de tener una prenda más exclusiva, por el orgullo de tener algo creado por sus propias manos, por adaptar los viejos patrones a las nuevas tendencias y por mantener viva las generaciones de nuestras abuelas con las actuales, pasamos de hacer calceta a amigurumis (muñecos, normalmente de personajes conocidos, tejidos a crochet) por ejemplo, siendo la base la misma: hilo y aguja.
A mí me enseñó mi madre, o al menos lo intentó, porque en las dos agujas soy un desastre, lo mío es el crochet y el más facilito, y yo le enseño a mi sobrina, y no le enseño a los sobrinos porque no tengo ninguno que esté interesado, no por otra cosa, lo aclaro para que no se me echen encima los de la perspectiva de género y tal, puesto que no mucha gente sabe que en la antigüedad muchos hombres fueron tejedores, sobre todo marineros y soldados que se llevaban meses en alta mar o sitiados respectivamente o los calceteros ambulantes de la Edad Media. Y si te das una vuelta por Youtube y Pinterest también ves a muchos chicos tejiendo. Así, ¡hala! todos a tejer que es una actividad muy bonita y relajante.