OPINIÓN
Las cosillas de los centros comerciales
Normal que la gente se debata entre el comercio tradicional o las ofertas de internet, porque esto no hay bolsillo que lo aguante mucho tiempo
Normalmente aprovecho el puente de la Inmaculada para hacer la limpieza general de final de año y de paso colocar la decoración navideña (sí, soy de las tradicionales que se resiste a empezar en noviembre) y a la vez ir tanteando los regalos de reyes ( ... estos sí los solía buscar mucho antes y lo he ido atrasando a los largo de los años, como la ITV del coche), los fijos es decir: los calcetines, estuches de jabones y colonias, y el pijama favorito de cada uno y los detalles que voy cambiando cada año para dar un poco de originalidad y personalizar un poco la cosa para no parecer que estoy regalando lo que ya se tiene por ahí sin estrenar, cosa que nunca he hecho por cierto, pero sé de gente que sí; ¡y oye, cada uno con su conciencia! o si somos justos, con su bolsillo o su sentido del reciclaje responsable.
Así que para ello me doy mi vueltecita por las calles comerciales tanto de la Isla como de Cádiz, disfrutando del ambiente y de lo que compra la gente por si me dan alguna idea chachi. Ya después de completar este garbeo me dirijo a los centros comerciales a ver qué me encuentro. En general me gustan los centros comerciales por lo mismo que le gusta al resto de la gente: son cómodos, ya sabéis, si no vais a horas intempestivas suelen tener aparcamiento y no están petados de gente y mascotas (si son petfriendly se entiende), tienen todo a mano; los restaurantes, los cines, y las tiendas de toda índole, además de alguna que otra promoción que como está subiendo todo es de agradecer, porque vaya telita, sin ir más lejos los detallitos que el año pasado estaban a un euro, este año los he visto a 1,25 o 1,50 de vergüenza, no cinco o diez céntimos, no, sino un incremento del 50% de media, así que no digo cuánto ha subido el resto de cosas, normal que la gente se debata entre el comercio tradicional o las ofertas de internet, porque esto no hay bolsillo que lo aguante mucho tiempo, y solo hablo de regalos, en la cesta de la cena de nochebuena ni me meto, porque me estoy viendo celebrándola como a mediados del siglo pasado, a base de papas fritas con huevos porque no había otra cosa, pero eso ya es cuestión de historia, del que tenga memoria para recordarla, y no me voy a meter en ese charco.
Así que siguiendo con las cosillas de los centros comerciales, ahora comentaré las cosas, que aunque no me enfadan, me dan coraje. Y son las siguientes (siempre generalizando): la gente que se lanza a los stands de oferta cual palomas a las migas de pan, como si fueran protagonistas de los Inmortales, ya sabéis aquello de que solo puede quedar uno. Que anuncien ofertas durante una semana y solo haya suministros para el primer o segundo día, obligándote a solicitar un vale si te interesa mucho el artículo o si ni fu ni fa tener que pasar de la oferta. Que la gente suele estar más irascible y la falta de empatía hacia los dependientes es palpable…Pero lo que más me repatea es que no haya papeleras en los baños femeninos, porque sin papel aún te apañas con clínex, pero sin papeleras ¿dónde tiras aquello que no se debe tirar al wc?, no hablo de los artículos de higiene femenina que sí tienen sus contenedores específicos, sino del resto de lo que se usa ahí dentro. Por lo que las que hacen uso del wc tiran los papeles y toallitas al inodoro o en los contenedores que no están para ese fin, formando un maremágnum de papel usado que agradable de ver u oler no es, precisamente. En fin las cosillas de los centros comerciales.