Opinión
Y parió la abuela
Los recursos y los servicios deben estar acorde con la población que los demanda y no sólo con la empadronada
Él se apellida Datos y ella Cifras, son dos altos funcionarios del Instituto Nacional de Estadística (INE), dependiente del Ministerio Comercio y Empresa. Llevan años trabajando juntos, y hace unos meses han formalizado su relación sentimental. Lo que empezó siendo una amistad se ha convertido ... en algo mucho más serio. Desde hacía tiempo lo compartían todo, al final se han decidido a vivir un mismo espacio sentimental. Desde el principio habían tomado la determinación de no mezclar trabajo y ocio. En casa estaba vetado tratar temas laborales. Pero siempre, como dice el refrán, la cabra tira al monte. Hace unos años decidieron destinar una semana de sus vacaciones a hacer algún viaje por la geografía española donde se hubieran dado datos extraños de las múltiples estadísticas que manejaban en el Instituto. Este año habían decidido viajar a Cádiz, la capital que ha perdido más población en las últimas décadas, en detrimento de otras localidades de la provincia que crecen a buen ritmo. Como avezados viajeros, curtidos en increíbles rutas exploradoras, habían planificado hasta el último detalle su visita a la ciudad. No podían perderse sus murallas y sus fortificaciones, sus baluartes y sus castillos, sus torres miradores y sus plazas. Imprescindible visitar su mercado de abasto con especies de peces de lo más variopinta y degustarlos en sus bares. Sus iglesias y su increíble patrimonio cultural. No había que dejar de ver la maravillosa maqueta de la ciudad encargada por Carlos III en 1777, que recrea a escala perfecta la ciudad de la época, y que se puede visitar en el Museo de las Cortes y Sitio de Cádiz. Tenían que hacer la ruta de las Cargadores de Indias, la de la Constitución de 1812.
Entre las muchas opiniones recabadas en las redes sociales les había llamado la atención una. «Hay una calle estrecha de apenas cien metros que sirve de referencia para tomar el pulso a la ciudad». Va de la Plaza de Las Flores a la de la Catedral, se conoce como la calle Compañía, en honor a la Compañía de Jesús que se instaló en Cádiz en 1566. Dependiendo del tránsito de personas en ese corto trayecto se podría calcular el tamaño poblacional con corto margen de error. Él se apostó, degustando un excelente café, en el Bar Brim, ella en la esquina de la Iglesia de Santiago impregnada de aromas de almendras recién garrapiñadas. Desde allí podían controlar las entradas y salidas, pocos sujetos se les podían escapar. Daba la casualidad de que aquel día en el muelle habían atracado cuatro grandes cruceros. Concluyeron que tenía que haber un error, Cádiz capital debía tener bastante mas de los 112.077 habitantes registrados por el INE en 2023.
Está claro que somos más de los que se contabilizan. Los recursos y los servicios deben estar acorde con la población que los demanda y no sólo con la empadronada, sino con la que cada día los requiere. No me refiero sólo a los miles de cruceristas que colmatan nuestras calles ni a los de tránsito de los pisos turísticos, sino al flujo diario de personas de otros lugares de la Bahía y la provincia que llegan a la ciudad.
¡No somos tan pocos, porque parió la abuela!