OPINIÓN
No es un juego
Urge una disciplina familiar adecuada y normas claras de conducta dentro de la familia
Hace unos años entró en mi despacho, abatido y con las manos temblorosas. Tenía 23 años, estudiaba un Ciclo de Grado Superior. Era lunes. El fin de semana había gastado 1.800 euros de su beca en las apuestas. Lo perdió todo. No podía seguir ... pagando la habitación en el piso de alquiler. Dejó los estudios.
Hoy, 17 de Febrero, se celebra el día internacional del juego responsable, una fecha en la que se buscan fortalecer los buenos hábitos en el juego. Actualmente, las apuestas deportivas están generando una gran alarma social, sobre todo en referencia a la población adolescente y juvenil. Hace diez años, el perfil del jugador era el de un varón de unos 50 años, adicto a las máquinas tragaperras y que llevaba entre siete u ocho años jugando. Ahora, de lo que hablamos es de un joven entre 24 y 28 años, con predilección por las apuestas deportivas y/o el juego online y que lleva unos dos años jugando. Normalmente, empiezan jugando con dinero de forma presencial, ya que las casas de apuestas y salones de juego, tan expandidos y publicitados, se han convertido en un punto de encuentro juvenil. Tras los inicios en esas salas, es el juego online el que contribuye a la consolidación de los hábitos.
A partir de la aparición de Internet y su incorporación a nuestra vida cotidiana, el juego online ha aumentado de forma importante. Jugar en red resulta más atractivo porque permite jugar en casa, en soledad y sin ser visto. En la actualidad, el móvil se ha convertido en un medio habitual de acceso al juego online, porque permite la inmediatez y la accesibilidad las 24 horas/día durante los 365 días/año.
Apostar y ganar genera un gran placer que termina enganchando poderosamente. Liberar dopamina, el neurotransmisor relacionado con el placer, es la manera que tiene el cerebro de premiarnos cuando ganamos una apuesta. Al igual que con los estupefacientes, el cerebro se acostumbra a la liberación que acompaña cada apuesta. Si no se obtiene la satisfacción porque perdemos, es necesario apostar más y más para conseguir ganar y revivir el efecto de la primera vez. Este es el ciclo de la adicción.
Padres y madres son fundamentales en la prevención temprana de conductas consideradas de riesgo. Es fundamental sensibilizarlos sobre su papel como agentes preventivos y potenciar los factores protectores de la familia que puedan ser importantes en la prevención de conductas de riesgo. Urge una disciplina familiar adecuada y normas claras de conducta dentro de la familia. Se precisan padres y madres involucrados, favoreciendo una comunicación positiva que potencie el desarrollo de habilidades personales y sociales, como la autoestima, la tolerancia a la frustración, la resolución de conflictos, la resistencia a la presión de grupo, la comunicación, y la asertividad.
En relación a los juegos de azar y apuestas, sería necesario que padres y madres se hicieran algunas cuestiones: ¿Cuál es la relación que tengo yo con los juegos de azar y apuestas?, ¿Qué conozco del tema y sus posibles riesgos? Y algo importante, ¿Qué pueden aprender de mí mis hijos e hijas en relación al juego? Es fundamental tomar conciencia de que somos modelos para ellos y que son cruciales las actitudes y comportamientos que transmitimos en relación al juego. Los adolescentes y jóvenes están siendo bombardeados desde una estudiada y planificada invitación al juego desmedido, orquestada por todos aquellos actores que quieren sacar tajada de la vulnerabilidad de individuos en formación. Ante una sociedad que no protege a nuestros hijos, toca estar alertas ante el juego peligroso y canalla de quienes quieren obtener beneficios a costa de poner en riesgo la prosperidad, la salud mental y el equilibrio de los mismos.
¡Ojo! tolerancia cero a la práctica de los juegos de azar y de las apuestas por parte de los menores. Hay cosas con las que no se juega.
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