OPINIÓN
Miedo al fracaso
El miedo a fracasar en el concurso frena a muchos autores a la hora de elegir tipo y a la hora de escribir
En el haber de nuestra historia personal encontramos cientos de momentos donde sentíamos como el fracaso nos abrazaba con fuerza. En la amistad, el compañerismo o en la lealtad de las personas, notamos un gran fracaso al comprobar que nuestra relación no era tal como ... creíamos. En lo laboral la mayoría de nosotros seguro que alguna vez pensó que podría haber conseguido un trabajo superior y mejor remunerado que el actual. Si en aquel día de turno hubiéramos tomado otro camino la cosa hubiese cambiado, pero tal vez fue el miedo al fracaso el que impidió elegir ese sendero alternativo donde no hubo vuelta atrás.
En el amor también hemos sufrido de alguna manera fracasos inconfesables. Amores frustrados o truncados, amores platónicos o esos amores que prometían ser para toda la vida y al final resultaba ser otra cosa. Su conclusión lo originó seguramente la cobardía o miedo al fracaso.
Han sido muchas veces las que me he sentido fracasar en la vida, en el carnaval también y creo que es en ese ámbito donde más ha ocurrido. Lo hice en tantas ocasiones que no podría enumerarlas sin caer en una tediosa lista que sonaría a pataleo o lloro.
El miedo a fracasar en el concurso frena a muchos autores a la hora de elegir tipo y a la hora de escribir. Cada vez son menos los que arriesgan con ideas innovadoras y tipos originales. Los artesanos intentan con su excelente trabajo camuflar los personajes a interpretar solicitados por los autores con elementos añadidos al disfraz, pero bajo mi entender consiguen que haya tipos de corte muy similar o de pasadas ediciones.
El miedo a no conseguir el éxito hace que incluso grandes autores escriban en tonos pastel y suave. Un repertorio inocuo y tan dulce que empalaga. El noventa por ciento de las letras van dedicadas a piropos o temas generalistas como a la enfermedad, al amor, la soledad, a problemas personales o a meterse con los coros. Pocos son los que critican a los políticos, a la ciudad, al vago, al pudiente, al paisano o a la prensa por el miedo a represalias. Recelan de hacerlo tal vez para que no lo tachen de demagogo, de llorón o de autor del meta carnaval.
En el pasado, la mayoría de agrupaciones daban su palo al político de turno y a quien les pareciera. En la actualidad hay miedo a escribir con dureza sobre temas locales, a lo más que llegan es a criticar cuando ya no están en activo o en amenazar con que lo harán. Muchos no arriesgan su posición o estatus conseguido a cambio de escribir libremente y sin tapujos. La diferencia de pasar a la final o no es económicamente muy considerable y hoy día son pocos los que exponen perder ese privilegio por escribir una letra en contra del jurado, de la prensa o de algún político con nombre y apellidos.
Ahora en cada letra te expones a que, si criticas a la derecha, te tachen de perroflauta, si lo haces a la izquierda, de facha, si protestas por el jurado, de llorón, si reprochas a un periodista es que estas en contra de la libertad de prensa, si alabas u homenajeas a alguien de pelota y oportunista, si tildas a un autor de vanidoso o ególatra te dirán que eres un envidioso.…
Escriban libres, pero sin miedo al fracaso, el éxito con condiciones no merece la pena.