OPINIÓN

Iluminación extraordinaria

No lo veo claro, aunque me encantaría que por un año al carnaval de Cádiz se le trate como una fiesta grande y no como una celebración pueblerina

Desde que viera de pequeño la película española «La gran familia» se me quedó marcada esa escena en la Plaza Mayor de Madrid donde se perdía el más pequeño de la familia, Chencho. No se me quedó grabada porque Chencho se perdiera, porque lo tenía ... bien merecido del por saco que le daba al abuelo, sino por las luces de Navidad que aparecían y que en aquel tiempo me parecieron fastuosas. Al niño le fascinaban las tiendas de objetos navideños y sobre todo el alumbrado extraordinario como a mí, que aún me considero un niño.

Este año nuestro Ayuntamiento se ha volcado en un alumbrado especial para las fiestas navideñas. Todos sabemos las necesidades y prioridades que tenemos en Cádiz y que ese dinero público bien podría haber sido invertido en obras sociales y en limpieza de nuestras calles, por ejemplo, pero nuestros electos concejales han usado un truco para convencernos de que la inversión económica, aunque es mucha, no lo parezca tanto y de esa manera contentar a unos y otros, una fullería genuina, porque las luces están para disfrutarlas en Navidad pero también en Carnaval, consiguiendo un ahorro considerado, dicen.

No lo veo claro, aunque me encantaría que por un año al carnaval de Cádiz se le trate como una fiesta grande y no como una celebración pueblerina. Para ello pondré unas recomendaciones a los encargados de cambiar los elementos de Navidad por los de carnaval. A los cuatro ángeles gigantes que están en San Juan de Dios podrían quitarles las alas, la corona, la trompeta y colocarles un rabo, dos cuernos, un tridente en una mano y en la otra un pito de caña. La bola espectacular de la plaza de la catedral podría ser transformada en un bombo enorme y tridimensional con platillo y en los alumbrados de la plaza de abastos añadiría guitarras, bandurrias y laudes, que los coros llevamos años cantando a oscuras.

Los árboles de las Puertas de Tierra podrían ser transformados en gorros de clowns y brujas y al alumbrado de la avenida principal los completaría con antifaces, máscaras de arcoíris como símbolos de tolerancia y de la libertad representando la ciudad de Cádiz. La pista de hielo en San Antonio la cambiarán por un enorme escenario de luces cuya temática podría ser los barrios de la ciudad y los soldaditos de plomo sustituirlos por dos arlequines en actitud bailona. Las luces en arco a modo de photocall de las plazas podrían ser transformados en composiciones hechas de iluminados atrezos con las escenografías más sobresalientes del concurso.

Con dinero todas estas cosas se hacen, lo malo es saber si lo invertido tendría el beneficio deseado para la ciudad. En otras partes funciona, ahora solo queda llamar y buscar a grandes empresas y comercios para que vean lo bonita que está la ciudad iluminada y vengan a instalarse nuevos establecimientos y regresen los que se fueron.

Déjenme que por una vez sueñe a lo grande, que Cádiz esté adornada como una ciudad grande, que tengamos un equipo de futbol de los grandes, que disfrutemos los mejores y mayores servicios sociales, también en sanidad y en educación, que tengamos un transporte público, limpieza y seguridad como las ciudades grandes, que tengamos un gran parque público de viviendas protegidas, que tengamos empresas grandes y también, porque no, que tengamos un carnaval vestido a lo grande proporcionalmente al arte tan grande que ofrecen cada año mis paisanos. Soñar es gratis.

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