Opinión
La ignorancia es atrevida
De lo único que me atrevo a opinar públicamente es de música o de carnaval
La expresión «la ignorancia es atrevida» viene a decir que la falta de conocimiento en algún tema hace de aquellos que no saben de nada se conviertan en personas osadas que opinan de todo como grandes expertos en la materia y donde además son incapaces ... de ver más allá de sus propias limitaciones.
Nunca he opinado en un medio sobre algo que no esté cualificado para ello, por mucho que me guste o por mucho que eso haga crecer a mí ego. Me encanta el futbol y jamás he salido públicamente a poner alineaciones o sistemas de juego según mi gusto. Adoro el cine y jamás he expresado públicamente si el director de la película se equivocó en elegir el tema o si ha rodado fatídicamente algunas tomas, a lo máximo que llegué a decir es que me gustó la película o no. Me encanta la poesía y nunca me he atrevido a opinar sobre algún poeta diciendo que no tiene recursos literarios o que se equivoca con el enfoque que les da a sus poemas. Me gusta la pintura, pero jamás me dio por alimentar en público una opinión profesional y artística sobre el cromatismo, trazos, estilos o sobre el mensaje oculto que lleva el lienzo. Me fascina el teatro pero jamás he hecho una crítica teatral públicamente sobre una obra que haya visto, señalando si la puesta de escena o la dramatización de los actores era buena o mala. Me deleita la comida gourmet y los vinos de calidad, pero nunca di una valoración oficial sobre la elaboración de los platos y sus ingredientes realizando una crítica gastronómica como si fuese un asesor de la guía Michelín o un sumiller experimentado.
De lo único que me atrevo a opinar públicamente es de música o de carnaval. Opino solamente sobre aquello que creo tener algo de conocimiento y poseer algún argumento válido para rebatir posiciones. De lo demás no intento sentar cátedra indicando el camino correcto a seguir. Primero porque no tengo el juicio necesario y segundo por respeto a los que lo hacen.
De unos años a esta parte los grupos que participamos en el concurso de agrupaciones estamos sometidos a infinidad de críticas y opiniones que llueven desde todas partes. Individuales desde las redes, crónicas en prensa, comentarios de la radio, jurados paralelos, televisión, canales de YouTube…
En la mayoría de casos, salvo honrosas excepciones, vienen por parte de personas que le gusta muchísimo el carnaval, tanto como a mí el futbol, el cine, la poesía, la pintura, el teatro, la comida, pero que no tienen los conocimientos necesarios para legitimar su opinión.
Ignorantes en la materia, pero atrevidas dando su dictamen radical para indicarnos que hemos hecho mal o bien o qué deberíamos hacer. Muchos de ellos no saben ni escribir un simple verso o afinar una guitarra, pero son muy osados en ponerte del revés o, al contrario, capaces de elevar a categoría de excepcional, por ejemplo, un tango hecho con recortes de coros antiguos porque no conocen que en cada verso lleva un pequeño plagio que lo hace muy agradable a su oído y por eso les gusta.
Estos mismos personajes los encuentras luego situados como cronistas en la prensa o como miembros del jurado oficial, personajes atrevidos y presuntuosos que para colmo su opinión crea tendencia y su puntuación es la que realmente cuenta.
Contra eso no se puede hacer nada, bueno sí, salir sin hacer ruido.