Opinión
El poder del agua
El agua, como otros elementos de la naturaleza, son fuente de vida solo si sabemos «domarlos»

Desde los inicios de la humanidad, las civilizaciones han surgido en lugares donde había agua, como ríos, lagos y mares. Nuestra historia como provincia es ejemplo de ello.
Cuando no hay agua, el desarrollo se frena. Las sequías son, frecuentemente, motivo de preocupación. Sin embargo, ... como también marca la historia y especialmente los últimos meses, el exceso de agua y no tener recursos para su control, es también peligroso. El agua, como otros elementos de la naturaleza, son fuente de vida solo si sabemos «domarlos».
Desde hace tiempo, este es uno de los temas que sobrevuelan la política pero que no aterrizan con rigor porque el «clima» que vivimos lo impide. Las pocas veces que se ha abierto, normalmente, se ha centrado en la necesidad de impulsar un Plan Nacional del Agua que genere un reparto justo y eficiente de este recurso, incluyendo la necesidad o posibilidad de invertir en grandes infraestructuras para la acumulación y trasvase entre cuencas.
Sin embargo, hay otro debate en torno al agua del que se habla mucho menos, pero que es, igualmente, importante y nos afecta, en el fondo, de una manera mucho más directa en nuestro día a día: el agua dentro de los municipios. Municipios que, con las últimas lluvias, hemos visto frecuentemente inundados, con coches con dificultades para circular y en situaciones de peligro real.
Muchos son los municipios, algunos de nuestra provincia, que intentan desarrollar estrategias como que los nuevos pavimentos que se coloquen en calles y plazas ayuden a drenar el agua y no a convertir nuestras calles en «pistas blandas» de un parque acuático, o que piden la construcción de «tanques de tormentas», es decir, espacios subterráneos que nos ayudan a acumular grandes trombas de agua y para que pueda ser tratada y reutilizada, entre otras posibilidades.
Todas esas demandas no se plasman en las acciones que debería impulsar quien tiene recursos y competencias para cuestiones de «Agenda Urbana»: el Gobierno central. El agua debería ser uno de los grandes debates de nuestro tiempo, como sí que se plantea desde la administración regional. Sin embargo, más allá de Despeñaperros, la actualidad la consumen otras cosas que se piensan prioritarias. Más importantes, incluso, que aquello que da sentido al desarrollo de nuestra civilización, que es fuente de vida, pero, también, que sin control, tiene la capacidad de destruirla.