OPINIÓN
Piezas del puzzle
Por eso, aunque muchas veces creamos que todo está perdido, siempre quedarán piezas del puzzle que no encajen y que habrá que proteger
Hace 8 días vivíamos otro paso más en este agonizante camino hacia una democracia cada vez más débil, aunque muchos sigan con la venda en los ojos.
Dice un amigo, con buena capacidad de análisis, que Sánchez parece un jugador de ajedrez que, como si ... tuviera un tablero, mueve las fichas para prever su próximo paso y mantener el poder. Sin duda, podemos imaginarlo así, pero a veces, lo que estamos viviendo recuerda más a un coleccionista que busca completar una vitrina de trofeos o finalizar un puzzle.
Un puzzle totalitario en el que hemos visto cómo se colocaban, hasta ahora, diferentes piezas: la justicia, instituciones de todo tipo como RTVE o el CIS, la educación con leyes sectarias, la criminalización de la oposición, la manipulación de la memoria o el culto al líder, escenificado en el mitin en la escalinata de La Moncloa. Pero, como complemento a las anteriores, hay otra pieza que no acaba de encajar. La que uno de sus subalternos esta semana intentó colocar definitivamente con la estocada a la tauromaquia: la pieza de la cultura.
Suele decirse que en la cultura dominan las posiciones de izquierdas, frente al sector de los profesionales independientes o de las empresas, en el que la derecha ha tenido generalmente su caladero de votos. Se dice, también, frecuentemente, y es cierto, que la cultura 'woke' está penetrando e intoxicando casi todos los ámbitos de la vida de manera que, por muchos mensajes que los políticos lancen, estos acaban chocando con el pensamiento que empieza a ser mayoritario a nivel global.
Sin embargo, a pesar de todo eso, España es un lugar muy peculiar. Y es que, nuestras raíces culturales forjadas durante miles de años, son más fuertes de lo que muchos creen. Éstas, son aristas de una pieza del puzzle que no encaja en el lugar que algunos pensaban y la tauromaquia es una de esas aristas.
Uno de los errores del pensamiento binario que desde el Gobierno nos quieren imponer es ese: creer que somos un país que se divide solo en dos lados de un muro. Sin embargo, España es tan variada, casi, como españoles hay en ella. Una rica complejidad que, en el fondo, nos une y que da lugar a situaciones que en otros países de nuestro entorno, sobre todo, en los que no tienen cultura mediterránea, romana o católica, son difíciles de ver.
Situaciones tales como que una persona supuestamente cosmopolita, y con gusto por lo alternativo, se vista cada año con el traje típico de un lugar y baile danzas regionales en la romería del pueblo de su familia. Romerías que vertebran, también, cada provincia de España de Huelva a Toledo, pasando por Cádiz o Jaén. Situaciones como que alguien presuntamente ateo y de izquierdas se santigüe y rece ante una imagen de Jesucristo o de la Virgen que sale en procesión.
La tauromaquia es una de las aristas más destacadas de esa rica complejidad, porque puede llegar a unir al pueblo más conservador del sur con el rincón más abertzale del norte. A la persona más erudita, con la de formación más básica. Al campo con lo urbano. Por unir, llega a unir hasta las dos cosas más opuestas que existen: la vida y la muerte.
En ese afán controlador, como los tentáculos de un 'kraken' destructor, en esa obsesión del niño caprichoso que quiere el cromo que le falta o la última pieza del puzzle, el Gobierno con los toros ha pinchado en hueso. La eliminación del Premio Nacional de Tauromaquia ha sido contestada por las Comunidades Autónomas, incluso algunas socialistas, con la creación de premios alternativos. Hasta el líder socialista en el País Vasco se ha opuesto. No ha sido Sánchez, esta vez, quien ha cogido la pieza equivocada del puzzle, pero podría haberlo sido porque cada vez asume mejor las ideas de la izquierda radical.
Por eso, aunque muchas veces creamos que todo está perdido, siempre quedarán piezas del puzzle que no encajen y que habrá que proteger. Piezas que harán que el plan que están construyendo no pueda, en ningún caso, finalizar.