OPINIÓN

Los olvidados

El último enfrentamiento abierto es la guerra contra los seguros sanitarios privados, algo común a muchos españoles de la «clase media»

Aunque «lo revolucionario» ya existía, fue Karl Marx quien con sus escritos e ideas, puso la semilla del movimiento inspirador de la izquierda mundial que ha llegado hasta nuestros días. Es el marxismo la base teórica del comunismo y del socialismo y fue, también, el ... germen ideológico de la doctrina que impulsó a personajes como Lenin o Stalin a la cúspide del poder en la URSS.

Estas ideas se basan en entender que la historia de la humanidad es una lucha entre partes. En concreto, entre quienes tienen el poder y quienes son víctimas de las decisiones de ese «poder», principalmente económico: «burgueses» contra «proletarios». Según esta visión, el mundo solo sería justo si unos desaparecían y los otros tomaban el control. El experimento comenzó, aproximadamente, con la «Revolución Rusa» y acabó con la caída del Muro de Berlín. Cuando se derriba el Muro y se descubre, definitivamente, entre el polvo y las ruinas, el horror que había detrás, muchos descubrieron que la fórmula de la lucha del «proletariado» contra el «poder» solo traía más injusticia, muerte y destrucción.

De ahí que la bandera de la lucha obrera empezase a ondear cada vez con menos fuerza por parte de cierto sector de la izquierda y entrasen en juego otras distintas, unas mejores que otras. Sin embargo, esa idea de entender la historia como un enfrentamiento permanente entre partes, aunque mutó, siguió y ha llegado hasta nuestros días. Lo curioso es que muchos, en el momento que era necesario, no se dieron cuenta de esa mutación.

La consecuencia es que la mayoría de asuntos que dividen y tensan a nuestra sociedad —la lucha de sexos, de orientaciones, de territorios, de razas o de inquilinos contra propietarios— son generalmente impulsadas por el lado izquierdo del tablero político. El método es abrir temas que fracturen grupos humanos y que obliguen a posicionarnos del lado a favor o en contra, sin matices. Un juego en campo «izquierdo» que, desde el lado opuesto del tablero compran, a veces, sin entender que la razón siempre debe buscar caminos que, aún siendo más difíciles, lleguen con seguridad al destino.

Nuestro Gobierno, compuesto por fuerzas de inspiración marxista, es hábil en entender el juego de la política como batalla permanente. Además de todas las luchas «woke» habituales, es también aficionado a luchas artificiales de «ricos contra pobres». Lo hacen, muchas veces, de manera incluso ridícula. Sin ir más lejos, con el meme del «Lamborghini». El último enfrentamiento abierto es la guerra contra los seguros sanitarios privados, algo común, también, a muchos españoles de la «clase media».

Aquellos que, con su trabajo y esfuerzo, consiguen lo suficiente para el día a día e, incluso, para algún capricho puntual, pero sin grandes lujos. Ellos son los grandes olvidados y perjudicados, casi siempre, por estas luchas. Son quienes mueven España, así como la economía diaria, soportando el 90 % de la recaudación del IRPF. Quienes, muchas veces, no tienen quien les defienda. Porque, aunque aquel que está en situación de vulnerabilidad necesite especial atención, existen grupos específicos que le dan voz. El que está en la cúspide de la pirámide sabe defenderse. Por el contrario, quien queda en medio, está en tierra de nadie.

Este grupo necesita que no les compliquen la vida. Necesitan soluciones para la educación de sus hijos, para reducir los impuestos sobre el esfuerzo de su empleo, sobre todo si son autónomos, para la vivienda, para conciliar su vida personal, familiar y laboral; transportes públicos eficientes, así como propuestas para una sanidad mejor. Son la parte más libre y menos compacta del tablero, por eso son los olvidados y víctimas del fuego cruzado permanente en el que vive la política.

En cambio, son muchos más de lo que parecen. El día que entiendan que, poniendo por encima lo que les une, su suelo común, sería más fácil cambiar las cosas; quizá quienes emprenden luchas que los perjudican se lo empiecen a pensar dos veces antes de hacerlo.

Artículo solo para registrados

Lee gratis el contenido completo

Regístrate

Ver comentarios