Opinión
Dos caras de la moneda
«Las monedas suelen ser redondas y, como el «tondo» que sirve de hilo conductor de este artículo, tienen dos caras.»
Como todos sabemos, las monedas suelen tener dos caras. También, casi siempre, tienen forma de circunferencia. Y hablando de circunferencias, en la cultura clásica y en el renacimiento, era común la realización de «tondos» - inspirado en la traducción italiana de «redondo»- que eran pinturas circulares ... y que han seguido realizándose después de esas épocas.
Uno de los edificios que forman el Congreso de los Diputados, el originario y principal, «el Palacio de las Cortes», es decir, el que todos vemos por la televisión frecuentemente porque es donde se encuentra el hemiciclo tiene, precisamente, en este espacio, un «tondo» sobre la bóveda que lo corona. En él, la reina Isabel II, que fue quien mandó construir el edificio, aparece rodeada de los personajes más relevantes de la historia de España: desde Cristóbal Colón hasta el Cid Campeador, pasando por Quevedo o Cervantes.
Cuentan quienes conocen la historia de este edificio que su decoración forma parte de un «autohomenaje» que Isabel II se hizo cuando lo mandó construir. Al reinar en un periodo muy convulso, mediante distintas esculturas y pinturas como ese «tondo» o como los cuadros que hacen alusión a las Cortes de Valladolid y a las de Cádiz, ella se mostraba a los españoles como la heredera natural de la tradición parlamentaria española y de su grandeza.
Sin embargo, ese «tondo», además de ser parte esencial del «autohomenaje», tiene una segunda función: hacer que, quienes tenemos el privilegio y la responsabilidad de sentarnos en esos escaños, recordemos, al mirar hacia arriba, la importancia y relevancia de la nación a la que representamos.
Con cierta frecuencia suelo enseñar el Congreso a personas que vienen a visitarlo: desde familiares, amigos o conocidos, hasta asociaciones de estudiantes o colegios mayores que contactan conmigo. Curiosamente, al contar ese hecho de «recordar la grandeza de lo que representamos» muchos suelen reírse, afirmando que eso parece que se ha olvidado. Igualmente, también hay risas al contar que, en las vidrieras superiores, aparecen representadas las cuatro virtudes cardinales que deberíamos tener los diputados de esta cámara: prudencia, fortaleza, justicia y templanza.
Esas risas o sonrisas, nos hacen ver que la imagen que proyectamos, a veces, está muy alejada de lo que se espera de nosotros. Y, a veces, esa proyección es injusta, porque, desde dentro, da la sensación de que solo se magnifica lo negativo, y lo positivo queda en un segundo plano. Allí, aunque no se vea, hay también, muchas horas de sacrificio, de compañerismo y de logros fundamentales para mejorar la vida de las personas que viven en España. Sin ir más lejos, la aprobación el jueves pasado de la ley «ELA».
En cambio, parece que, a veces, lo bueno se diluye. La actualidad nos atrapa y hay hechos que vivimos que, inevitablemente, hacen que el ambiente se enrarezca y la normalidad no pueda aparecer por esa cámara. Pero, como decíamos, las monedas suelen ser redondas y, como el «tondo» que sirve de hilo conductor de este artículo, tienen dos caras. Y es que, ese elemento decorativo, a pesar de ser, aparentemente, fruto de la necesidad de alimentar un «ego necesitado», tiene también una lectura positiva que nos ayuda a que seamos mejores representantes de los españoles.
De igual manera, todo aquello negativo que estamos viendo actualmente en la política y que, sobre todo, nace de una presidencia del Gobierno acorralada por los escándalos y sus malas artes, aún siendo algo desolador, debería tener una segunda cara. Una cara positiva que es la necesidad de, entre todos, cuantos más mejor, conseguir dar la vuelta a la moneda de este periodo y trabajar juntos por una política en la que frecuentemente, los diputados, miremos arriba y recordemos el sentido de nuestra elección. La inspiración no la tenemos lejos, simplemente, es necesario que la normalidad vuelva a ese lugar para observar las cosas con más paz.
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