OPINIÓN
Cimientos y estructura del sanchismo
El 'sanchismo' no es más que otra demostración de que, normalmente, las políticas socialistas y de izquierda sectaria no solo no mejoran la calidad de vida de las personas, sino que las empeoran
Todo edificio se construye desde sus cimientos, que son el elemento que lo mantiene estable y sujeto a tierra firme. Si esa base no es sólida o está mal calculada, el edificio puede dar lugar a situaciones peculiares que encontramos en diferentes lugares del mundo: ... desde la 'torre inclinada de Pisa' hasta casas inclinadas en Gante o Amsterdam. Si el error en el cálculo o en la construcción es mayor aún, el edificio puede acabar derrumbándose.
No se sabe exactamente cuando se puso la primera piedra del sanchismo. Quizá fuera en las primarias en las que Sánchez ganó a Madina, o quizás fuera cuando resurgió de sus cenizas montado, supuestamente, en un Peugeot. Pero no hay duda de que la inauguración definitiva fue el día de la moción de censura al gobierno de Mariano Rajoy en 2018. Y ahí comenzó la mentira.
Y es que, a toda España se le contó por aquel entonces que el material principal que soportaría el peso de este nuevo gobierno sería la honradez. Menos de seis años después, con unas cuantas catas hemos descubierto que no había honradez, que los materiales que nos anunciaron eran más falsos que las mascarillas por las que, presuntamente, Koldo mediaba durante la pandemia.
Resulta, además, que quien fuera el jefe de obra de tal chapucero proyecto institucional, el encargado de hacer de telonero en la inauguración de esta nueva etapa el 1 de junio de 2018, es al que todos apuntan como responsable de haber elegido mal los materiales para los cimientos y haber colado uno siempre nocivo para la estabilidad de cualquier gobierno: el fantasma de la corrupción.
Sin embargo, a muchos no nos sorprende que esto ocurra. Detrás de esas paredes que daban lugar a habitaciones con nombres como 'resiliencia', 'ecofeminisimo' o 'avance en derechos', muchos han descubierto un decorado de cartón piedra que escondía habitaciones del pánico con tramas sórdidas y ambición desmedida por un puñado de votos. Muchos de los que se asombraron e invirtieron con el edificio recién inaugurado, ahora, al ver que los cimientos son defectuosos y la estructura es decorativa, huyen corriendo antes del posible colapso.
En la historia de la edificación no es la primera vez que se vende un edificio como el paraíso de los materiales de calidad y acaba siendo una estafa. El 'sanchismo' no es más que otra demostración de que, normalmente, las políticas socialistas y de izquierda sectaria no solo no mejoran la calidad de vida de las personas, sino que las empeoran. Y es que se aprovechan de la debilidad y de los deseos de los más vulnerables, sus preferidos, para su propio beneficio. Porque, además de ser fallidas en el fondo, en la forma son mezquinas. Ejemplos, a lo largo de la historia, tenemos repartidos por todo el mundo, desde la Unión Soviética a Iberoamérica.
El 'edificio sanchista' se encuentra ahora mismo en una suerte de asiento diferencial en el que la posibilidad de un subsuelo lleno de corrupción está haciendo que sus cimientos puedan colapsar. Sólamente, ahora mismo, hay otra fuerza que lo sostiene: sus socios independentistas. Un grupo de inversores de última hora que se aprovechan de la situación para 'okupar' el edificio a un módico precio y que están intentando apuntalarlo porque saben que no van a encontrar una oferta mejor.
Sin embargo, por muchos apeos que coloquen, su acción puede ser contraproducente. Y es que, sin darse cuenta, pueden estar añadiendo más peso a esa estructura defectuosa. Por eso, aunque los dueños del edificio crean que esta solución de emergencia es la les va a salvar, puede ser que ocurra que sea la que les acabe hundiendo definitivamente .
Será entonces cuando, por fin, sobre ese solar, se retire una inmensa cantidad de escombros y, por fin, se construya un edificio que dé seguridad y fiabilidad a los casi 48 millones de usuarios que lo quieran utilizar.