OPINIÓN
Los arrepentidos
Sin embargo, este mundo, a veces, nos permite volver a tener una segunda oportunidad
Todos, a lo largo de nuestra vida, acumulamos momentos en los que nos gustaría poder cambiar algo. Poder volver atrás para rectificar algo que hemos hecho y de lo que estamos arrepentidos. Quien diga lo contrario, seguramente, mienta.
Pocas veces la vida nos permite volver ... atrás, a diferencia de lo que ocurre en los videojuegos, en los que podemos reproducir una situación ya vivida de manera idéntica. Un mundo, el virtual, en el que, aunque nos equivoquemos, generalmente podemos corregir nuestros errores tantas veces como queramos.
Sin embargo, este mundo, a veces nos permite volver a tener una segunda oportunidad. En ocasiones, en lo académico, en forma de examen de recuperación o volviendo a realizar un proceso largo que, en circunstancias distintas, nos permita obtener un resultado similar.
En el contexto que estamos viviendo, empieza a ser común que los procesos electorales se repitan. Y es que parece que la política de hace una década para acá no es capaz de conseguir que las cosas salgan a la primera. Algo que todos los que estamos en ella deberíamos hacernos mirar.
Los resultados de las elecciones generales del pasado 23 de julio de 2023 dejaron un sabor agridulce a una mayoría importante de españoles. Y es que, aunque la fuerza más votada fue aquella que representaba un soplo de aire fresco dentro del clima irrespirable que vivimos, el conjunto de hechos de dudosa moralidad y legalidad que se han dado desde entonces hicieron que ese resultado fuera insuficiente.
Son esos hechos «dudosos» los que, paradójicamente, han evitado una repetición electoral, de momento, en España. Son esos hechos «dudosos» los que han provocado que, quienes ese día no llegaron a votar, quienes pensaron que era mejor apurar unas horas en la playa, o quienes creyeron que el cambio estaban garantizado o no acertaron con la tecla correcta para activarlo, no hayan tenido una oportunidad real de deshacer este nudo en el que estamos atrapados. Un nudo que encabeza un presidente descontrolado que seguirá tensionando la sociedad española para mantenerse en el poder mientras no se ocupa de los problemas reales de los españoles.
Sin embargo, este domingo, aunque sea en circunstancias diferentes, a todos aquellos arrepentidos del 23J, la vida les da una nueva oportunidad electoral.
Porque es cierto que en estas elecciones lo que votamos, en primer término, es la composición del Parlamento Europeo. Un parlamento que, aunque sintamos como algo lejano, influye directamente en decisiones de nuestro día a día a nivel municipal, provincial y autonómico. Sobre todo en lugares como nuestra provincia de Cádiz y Andalucía, donde tan importante son las políticas dirigidas al agua, a la agricultura, la pesca o la seguridad exterior.
Pero, sin embargo, estas elecciones son también un examen a nuestro país, España. En el que nos jugamos la estabilidad de nuestro sistema democrático. Y es que son una oportunidad de responder a todo aquello que nos ha indignado en el último tiempo como consecuencia de las acciones del Gobierno actual. De responder a sus asaltos a las instituciones, a las mentiras, a los insultos de los ministros y a su muro. A su olvido de los problemas reales. Porque, quizá en la oposición al Gobierno actual haya opiniones encontradas sobre cómo hacerles frente. Sin embargo, más allá de opiniones, el voto es siempre la oposición más efectiva. Que este Gobierno y su Presidente no salgan legitimado de estas elecciones de impacto nacional es la manera más útil de hacerles oposición y acelerar su pérdida de poder.
Por eso, este domingo, en esta segunda oportunidad electoral tras el 23J, hay que animar a todos a votar. Una segunda oportunidad para que ningún español más se una al club de «los arrepentidos» que querían cambiar, pero no lo hicieron.