Ángeles custodios
«Por eso, cada vez que disfrutemos en un evento o nos sintamos seguros en la calle, no olvidemos que es gracias a que tenemos «ángeles custodios»
En las últimas semanas, la provincia de Cádiz y, en especial, la capital ha vivido grandes eventos en los que había cientos y miles de personas concentradas en espacios limitados. Desde la Regata de Grandes Veleros hasta la procesión de la Patrona, pasando por el South Fest, la Coronación de la Virgen de la Estrella en Jerez, las Procesiones Magnas de Algeciras y San Fernando o, por supuesto, este último con la Sail GP, en la que gaditanos y foráneos hemos sido conscientes, una vez más, del borde marítimo tan espectacular que tenemos en Cádiz, al que llamamos «La Alameda».
Fechas destacadas en las que la provincia ha sido sede no solo de un evento concreto, sino de multitud de actividades derivadas: actividades hosteleras, conciertos, cultura, ocio nocturno, entre otras.
Mientras que reíamos, disfrutábamos, rezábamos o nos impresionábamos en estos eventos, o en otros de Andalucía y el territorio nacional, había algo que nos permitía hacerlo y que dábamos por hecho: nuestra seguridad. Imaginemos celebrar una regata, festival o procesión en un entorno en el que la seguridad no esté garantizada. Además del miedo, que no nos permitiría disfrutar, las imágenes que nos vienen a la mente si imaginamos un hipotético fallo de seguridad en un evento de alta concentración de personas, son similares a las que hemos visto estos días en Israel. Imágenes en las que, en un festival de música, los indeseables terroristas de «Hamas» entran y arrasan con todo. Arrasan con la libertad, la ilusión y la vida de las personas que allí estaban.
Por eso, que España sea un país considerado «seguro», es garantía también para que muchos eventos se realicen aquí. Y no es casualidad. Esto es, entre otras cosas, porque tenemos personas bien formadas que velan para que sea así. Personas que, mientras disfrutamos, dejan a su familia, en casa, preocupada, para que los demás tengamos vivamos la vida. Para que las cosas funcionen con normalidad, sin sobresaltos y sin desgracias. Son ellas a las que todos llamamos cuando algo se tuerce.
Y esas personas son visibles a veces, pero otras no, porque el éxito de su trabajo reside, en muchas ocasiones en la discreción, en cuidarnos sin parecer estar ahí. Como hace un ángel de la guarda que vela por nosotros, un «Ángel Custodio».
La Policía Nacional y Local celebran, precisamente, su día, en la festividad en honor a esa figura, la de los Ángeles Custodios. La Guardia Civil, esencial también para nuestra seguridad, 10 días más tarde, el 12 de octubre, en la Hispanidad y la Virgen del Pilar. Y, aunque el día de las Fuerzas Armadas sea en mayo, el mes de octubre es también un mes especial para los que la componen.
Por todo ello, por la cantidad de eventos en las últimas semanas que han requerido de su profesionalidad, por ser el mes en el que se celebran la mayoría sus festividades y, porque hay quienes aprovechan cualquier ocasión para criticar su labor, estas líneas son un humilde y necesario homenaje hacia ellos.
Como decía un libro publicado hace unos años, «nunca se consideraron héroes», ni siquiera en los años del plomo provocados por los terroristas de ETA, referente moral de los socios del candidato del PSOE a la investidura. Hacían su trabajo y nada más.
Pero, para muchos de nosotros, sí son héroes. Porque hay profesiones vocacionales - médicos, docentes, incluso la política bien entendida - pero en pocas ocasiones, tu vocación lleva implícita arriesgar la vida por los demás. Y los héroes, como en la ficción, necesitan, a veces, del apoyo de la calle. Necesitan que la opinión pública y la política reconozca su trabajo, lo valore, lo defienda y escuche sus reivindicaciones y peticiones.
Por eso, cada vez que disfrutemos en un evento o nos sintamos seguros en la calle, no olvidemos que es gracias a que tenemos «ángeles custodios» que velan por nosotros y para que el bien, siempre gane a los que quieren imponer el mal.
