OPINIÓN

A golpe de titular

¿Quién gobierna realmente este país? ¿Los políticos o los titulares de prensa?

En el circo mediático que se ha convertido la política española, el espectáculo más reciente nos deja un sabor amargo y una pregunta inquietante: ¿Quién gobierna realmente este país? ¿Los políticos o los titulares de prensa?

El último episodio de esta bochornosa serie nos presenta ... a una oposición apoyando el nuevo decreto ómnibus por no «hacerle el juego» a la «demagogia» de Sánchez ni «regalarle el titular» de que el PP se opone a las pensiones. ¡Bravo! Han descubierto que la política consiste en evitar titulares desfavorables y no en legislar para el bien común.

Mientras tanto, en el otro lado del ring, tenemos al Gobierno retrasando el Consejo de Ministros para negociar in extremis con Junts. ¿El objetivo? Lograr el respaldo necesario para sacar adelante un decreto que hace una semana fue rechazado. ¿Qué ha cambiado en siete días? Nada sustancial, me temo. Solo la urgencia de no perder la batalla mediática.

Así que me pregunto ¿dónde queda la visión de Estado? ¿Qué fue de aquellos políticos que pensaban en el largo plazo, en las generaciones futuras? Hoy, la única preocupación parece ser cómo salir airoso en el próximo Telediario.

Y mientras nuestros «líderes» se afanan en este juego de imagen, los problemas reales del país se acumulan. El precio de la vida, la vivienda, las listas de espera... Todos estos desafíos requieren soluciones razonadas y duraderas, no parches diseñados para hacerse con el próximo voto.

Es hora de que nuestros políticos entiendan que su trabajo no es ganar un concurso de popularidad, sino guiar al país hacia un futuro mejor. Que comprendan que la verdadera victoria no está en la portada de un periódico, sino en el bienestar de los ciudadanos.

Por otro lado, a los votantes nos toca también hacer nuestra parte. Debemos demandar dirigentes que nos hablen como adultos, que nos expliquen la complejidad de los problemas y nos impliquen en las soluciones.

Porque, al final, una democracia no se construye a base de eslóganes. Se forja con el trabajo diario, con el debate honesto y con la participación activa de todos. Es hora de que ellos lo entiendan y de que nosotros se lo exijamos.

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