Opinión

Eufemismos

Las palabras transforman despidos en «reestructuraciones» y recortes en «ajustes»

Estas semanas somos testigos de un espectáculo tan fascinante como perturbador. Y no, no estoy escribiendo sobre Donald Trump. Él, por sí solo, es tema para otra columna. Hablo del uso del lenguaje por parte de los políticos que nos representan.

Las palabras son una ... herramienta de poder, y su utilización en los últimos tiempos me asombra y me avergüenza a partes iguales.

Como recordaba en una conversación reciente, José Luis Rodríguez Zapatero perfeccionó esta habilidad durante la crisis de 2008. En una sesión parlamentaria llegó a evitar hasta 14 veces pronunciar la palabra «crisis», sustituyéndola por eufemismos como «desaceleración transitoria», «ajuste fuerte» o «situación claramente difícil y complicada». Un récord de términos suaves para describir una recesión global.

Este uso del lenguaje, que no es exclusivo de Zapatero ni de un partido político, es hoy una práctica común. El eufemismo es tan antiguo como la política misma: un instrumento para maquillar lo incómodo y modelar la percepción pública. Como señala el profesor Francisco José Sánchez García, experto en análisis del discurso político y periodístico, las ambigüedades son «una herramienta al servicio del poder».

Así, las palabras transforman despidos en «reestructuraciones» y recortes en «ajustes», con el objetivo no solo de moldear la percepción pública, sino también de evitar las consecuencias de llamar a las cosas por su nombre.

Aunque el uso del lenguaje para suavizar no es nuevo, su alcance actual exige un esfuerzo mayor por parte de quienes informamos. Las palabras importan porque construyen nuestra percepción del mundo. Como periodistas, nuestra tarea es emplearlas con precisión para explicar lo que sucede y ofrecer herramientas para comprenderlo. Por ello, para quienes amamos esta profesión, llamar a las cosas por su nombre no solo es una responsabilidad profesional, sino también un ejercicio de honestidad hacia quienes confían en nosotros para entender la realidad.

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