Opinión
Announce Oso Cambembo
«Porque la gente no quiere ver al oso en la cabalgata de Utrera o en la de Vigo; la gente quiere verlo en su hábitat: Cádiz»
No logro entender la tenaz oposición a que el famoso oso 'descoyuntao' vuelva a desfilar en la cabalgata de Reyes Magos por parte de Lolita Cazallita: trasunto literario de la concejala de Cultura entre el estupro nabokoviano de 'Lolita' y el costumbrismo bajoandaluz de la ' ... Lola se va a los puertos'.
Por muchas razones que alegue –que si es una petición de los adultos en una fiesta para los niños, que si les roba protagonismo a sus majestades de oriente, que si el rollo ese de ciudad libre de maltrato animal, etcétera– yo creo que ya es un asunto personal: se trata de un 'pormisco' de libro: o sea, «el oso no sale por mis cojones».
Una mezcla de orgullo –«no pienso admitir que este acierto nace de un error de mi Concejalía»– y de falta de sentido del humor –«¿se están riendo de mí?»– se han dado la mano en la cabecita de Lolita Cazallita que se ha enrocado en el no es no y «¿qué parte de que no pienso pagarle un billete de avión desde Laponia hasta La Parra y dos noches en el Parador a un puñetero plantígrado albino y dipsómano no entienden?»
De vuelta a la seriedad, como decía el Yuyu –representante del mejor humor de nuestra ciudad– sólo se trata de una cosa simpaticota, algunos deben tomarse menos en serio a sí mismos y su papel en el mundo, porque ya ves tú qué le cuesta a esta mujer que salga un tío disfrazado de oso cambembo en la cabalgata: ¡y todos tan contentos!
Además, una concejala de Cultura y Fiestas debe mirar por la repercusión o el impacto económico que sus actividades tienen en la ciudad: ¿Acaso volver a sacar al oso no sería un gran atractivo –¡un filón!– para que venga gente de toda la provincia, incluso de fuera, y para que los gaditanos se animaran a salir a la calle en masa con todo lo que ello conlleva?
Es que compras un disfraz de oso en El Millonario, le das cuatro o cinco jardazos de coñac a cualquier concejal 'entraíto' en carnes –o al mismo alcalde, que está de buen año– lo embutes en el mono de pelos blancos, le pones la cabeza como una Vespa 'aparcá', un empujoncito, y hala: a desfilar. Pasas de una asistencia de 30.000 personas a 70.000 fácil. Más toda la atención mediática.
Porque la gente no quiere ver al oso en la cabalgata de Utrera o en la de Vigo; la gente quiere verlo en su hábitat: Cádiz. El oso, como Mágico, como el Capitán Veneno o como el propio alcalde es un icono pop de la ciudad, que vende más calcetines que un lunes de Piojito.
Aún le queda una semanita a Cazallita para desenrocarse de su negativa e indultar al «osito desmembrao /cachondeo garantizao» y dejarse de cosas como los caramelitos sin azúcar y sin gluten. El 1 de enero se abre el mercado de invierno y en Cádiz, en Valladolid y en Sevilla estarán más pendientes de la llegada del oso que de Luis Alberto, Fulaninho o N'Mengani; «@CazalillaLola: Announce Oso Cambembo» le pedirán vía Twitter. Por cierto, Lolita, que si me pongo 'pesao', me lo dices. Y no te enfades, que la carga va en el cargo.