Tras la máscara

En la nueva normalidad voy como los monos de Toshogu, ni veo, ni oigo y sí, hablo… pero a gritos

Yolanda Vallejo

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Todos mis referentes me conducen al mismo sitio. Hace calor, y mientras va subiendo el termómetro, me debato entre Los Rodríguez y Radio Futura –la edad, que tampoco perdona en esto- ya sabe, entre «tan dulce como el vino, salada como el mar» y «arde ... la calle al sol de poniente». Qué le vamos a hacer, me gustaría tener otras referencias más intelectuales, pero soy un producto genuino de mi tiempo y de la televisión que me tocó vivir, en la que el verano siempre estaba lleno de vaquillas del Gran Prix, de galas horteras tipo 'Murcia, qué hermosa eres', de chicas tutifruti -¡Ay qué calor!- y de canciones del verano. No parece, sin embargo, que este verano vaya a tener canción, tal vez porque todo lo que teníamos que cantar ya lo hicimos durante el confinamiento, y tampoco parece que vayamos a tener muchos referentes en este verano extraño que recordaremos, sobre todo, por las mascarillas y por el calor. Por el calor que dan las mascarillas.

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