Felicidad Rodríguez

De yates y cruceros

El súper yate 'Yas' ha dejado Cádiz para poner rumbo a Casablanca

Felicidad Rodríguez

El súper yate ‘Yas’ ha dejado Cádiz para poner rumbo a Casablanca. No sabemos si el barco se fue porque se tenía que ir, o si en su marcha tuvo algo que ver el que alguien se encontrara con un supuesto ladrón trasteando por la cocina. ¿Como pensaría el hombre salir con lo que sea que cogiese? Parece que el yate del millonario príncipe de los Emiratos Árabes estaba buscando una base de atraque permanente y Cádiz no parecía una mala opción. De hecho, una buena señal era que su estancia se estaba prolongando más de lo inicialmente previsto. Supongo que pronto sabremos si Cádiz fue una simple escala entre Tenerife y la ciudad marroquí o si nuestro puerto sigue siendo una opción para esa base. Esperemos que, a pesar del incidente, sigamos manteniendo nuestras posibilidades. Al fin y al cabo, la nota que las navieras de lujo nos dan en seguridad es de las más altas. Y un fallo lo tiene cualquiera; hasta la tripulación se dejó la puerta abierta. Además de los ingresos por el alquiler diario, y del consumo de una tripulación que imaginamos de un cierto nivel adquisitivo, el tener un barco de lujo de esas características en nuestro muelle, y de manera permanente, no es tema baladí para nuestra economía.

Dicen que el yate tiene capacidad para acoger como invitados, que no es lo mismo que pasajeros, a unas 60 personas. Pensemos en lo que podría suponer la llegada periódica a Cádiz de esos invitados para tomar posesión de lo que debe ser un palacio flotante y, de camino, gastar lo que se tengan que gastar. Y si el ejemplo cunde, detrás del Yas vendrían otros. Pero, mientras no se resuelve la incógnita, tenemos que seguir pensando en los visitantes que vienen en esos otros cruceros que periódicamente nos visitan. Cierto es que, en estos casos, se suele tratar de pasajeros cuyas carteras están bastante menos abultadas. No obstante, habría que ponérselo un poco más fácil para que aflojen los bolsillos. El turismo de cruceros puede suponer una constante fuente de ingresos. Pensemos en todos esos lugares del Mediterráneo que viven prácticamente del turismo que les llega por vía marítima. Hasta Granada y Sevilla están intentando hacerse un hueco en ese mercado y nosotros tendríamos que ir pensando como aprovechar mejor la llegada masiva de esos turistas. Porque, no nos engañemos; al margen de otras posibilidades, Cádiz, por sus características, es una ciudad eminentemente de servicios. Basta fijarse en los datos de empleo del último mes. Así que urge que la eventualidad se convierta en permanencia. Nos hemos convertido ya en uno de los puertos más importantes de España para acoger a estos grandes barcos.

En los 4 primeros meses del año recibimos más de 50; para el mes de mayo está prevista la llegada de otros 45 y así a lo largo de todo el año. De hecho, los meses más flojos parece que son los de verano, meses en los que el turismo gaditano tiene otras procedencias. Se ha hecho un gran esfuerzo en situar a Cádiz en el mapa de los cruceros y ahora toca sacar provecho de ese trabajo. La mayoría de los barcos llegan entre las 7 y las 10 de la mañana y se marchan entre las 5 y las 6 de la tarde. Sabiendo, como sabemos, de antemano las llegadas y salidas, se podría hacer un esfuerzo por vendernos un poco mejor.

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