OPINIÓN
«Vuelva usted mañana»
La administración estatal, autonómica y municipal, así como la universidad pública, son entes con los que alguna vez hemos tenido que lidiar y posiblemente nos hayan llegado a desesperar
Con este título publicaba en 1833, Mariano José de Larra , una de sus críticas más célebres y posiblemente, uno de los textos que mejor se adaptan a nuestro tiempo. Las cuestiones que se extraen de su lectura se relacionan con diferentes temáticas que ... ocupan nuestra vida cotidiana; desde la inmigración hasta el capitalismo, pasando por la eterna "Leyenda Negra Española", históricamente ligada a la baja autoestima que tenemos como nación. Pero es quizás la agotadora burocracia, que termina por desesperar al protagonista del escrito, el tema más interesante de todos.
Larra extiende este mal a toda la sociedad: lentitud, ineficacia y errores, a veces deliberados, se encuentran fácilmente en cualquier lugar. Sin ir más lejos, los contratos con ciertas compañías telefónicas, a veces, se convierten en auténticas pesadillas. No obstante, cualquiera que haya tenido un litigio con la administración pública, sabrá que suele superar a cualquier situación previamente vivida.
Cada vez que iniciamos un trámite burocrático, nos sentimos, efectivamente, “extranjeros”, como describe - quizás de manera metafórica - el escritor del romanticismo. Salimos de la zona de confort para adentrarnos en la tela de araña de trámites y documentos que deben ser cumplimentados en tiempo y forma, y aun haciéndolo, nadie nos asegura que alcancemos nuestro objetivo. Lo irónico es que, a veces, la petición es desestimada, llegando la respuesta fuera de plazo y de manera inadecuada. Indefensos y cabizbajos desistimos en la lucha porque el siguiente paso se dilataría tanto, que consiguiendo el propósito deseado, éste no compensaría el tiempo perdido.
El problema tiene un origen legislativo, pero nuestra condición de seres humanos tiene mucho que decir. Cuando quien recibe el caso en cuestión, actúa con profesionalidad y buena fe, todo funciona mejor. Sin embargo, la desgana e intereses ocultos y abyectos, para que un trámite no llegue a buen puerto, son los que acaban truncando el proceso. Impiden que una empresa se cree, que un estudiante optimice su educación, que, en definitiva, una persona comience un proyecto personal que después revierta positivamente en la sociedad.
La administración estatal, autonómica y municipal, así como la universidad pública - esta última, a veces, supera a las anteriores -, son entes con los que alguna vez hemos tenido que lidiar y posiblemente nos hayan llegado a desesperar.
Muchos son los políticos que, durante el reciente maratón electoral, han prometido luchar contra este mal. Sin ir más lejos, el "Gobierno del Cambio" de Andalucía tiene esta premisa como una de sus banderas. Falta hace. Si consiguen revertir esta cuestión, harán un servicio impagable a la sociedad, en una tierra cuyas arcas han sido saqueadas - sentencia de los ERE y las que quedan-, pero que también ha "malversado" muchas ideas, proyectos, y ganas de crecimiento personal por causa de la burda burocracia. Y es que el dinero es valioso, pero nuestro tiempo, a veces, lo es todavía más.
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