Ignacio Moreno Bustamante - OPINIÓN

El viaje del Rey

Meses y meses de conversaciones, de negociaciones entre los gobiernos de España y de Arabia Saudí deben culminar con la firma de un gran contrato para que nuestros astilleros construyan cinco buques para la Armada del país árabe

I. MORENO

Parece el título de una película. El viaje del Rey. Pero no lo es. Es la vida misma. La política misma. Meses y meses de conversaciones, de negociaciones entre los gobiernos de España y de Arabia Saudí, que deben culminar con la firma de un gran contrato para que nuestros astilleros construyan cinco buques para la Armada del país árabe. Y la guinda la debe poner este mismo fin de semana el mejor embajador que tiene este país: su jefe de Estado, Felipe VI. Un acuerdo que, como supondrán, es vital para la supervivencia de unos astilleros que llevan años constándonos un dineral a todos los ciudadanos. Cientos de empleados que han estado mano sobre mano mientras no había faena. Ahora, por fin, parece que empiezan a remontar. Y ahora, metiendo la pata como siempre, salen cuatro iluminados a decir que no quieren esos barcos. Que si la paz mundial. Ojalá. Los mundos de Yupi. Ya saben, los salvapatrias. Los seres superiores cuya excelsa moral nos ilumina. Los que marcan los límites de la ética y dictan qué está bien y qué está mal. El racismo, la homofobia, la conciencia ecológica... Ellos enarbolan la bandera y creen ser los únicos a los que les importa.Porque son puros de espíritu. Los demás, los votantes del PP, del PSOE o de cualquier otro partido que no sea el suyo, son unos retrógrados. Fascistas. Homófobos. Machistas.

Pero más allá de estos charlatanes, afortunadamente, hay gente de su misma ideología que tiene los pies en el suelo. Que habla y actúa con sensatez.Que sabe que con las cosas de comer no se juega. El mejor ejemplo lo ha dado el coordinador provincial de Izquierda Unida en Cádiz –a la par que alcalde de esa maravilla llamada Medina Sidonia– diciendo que «los astilleros de Cádiz no matan a nadie». Chapó. O para que me entiendan mejor: «Sus cohone ahí». En medio de tanto mediocre, de tanto demagogo, al fin alguien sensato. Tampoco ha estado mal el alcalde de Cádiz, justo es reconocerlo. No lo ha dicho tan alto, ni tan claro, pero también se ha posicionado a favor de este contrato. Con una coletilla, como casi siempre. Exigiendo a la diplomacia española que vele por que se respeten los derechos humanos. Faltaría más. Como si el resto de los mortales deseara que en Arabia Saudí continuará el sometimiento a la mujer que sabemos que existe. Como en cualquier país islámico. O los crímenes de guerra que denuncia la ONU. Pero nada de eso se va a arreglar si España no construye esos barcos. Así que vamos a centrar el tiro. Vamos a dejarnos de demagogia. Vamos a confiar en que ese contrato se haga realidad. Nos jugamos mucho. Aunque los de siempre se empeñen en seguir demostrándonos su cortedad mental.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación