Opinión
Ventilar
En los Alpes suizos, cerca de la ciudad de Davos, estaba el sanatorio Wald, allí transcurre ‘La Montaña Mágica
En los Alpes suizos, cerca de la ciudad de Davos, estaba el sanatorio Wald, allí transcurre ‘La Montaña Mágica’, obra emblemática del autor alemán Thomas Mann. Por aquel entonces, principios del siglo XX, la única propuesta terapéutica para la tan temida tuberculosis era la cura climática. Nuestro particular Sanatorio Antituberculoso estuvo ubicado en el actual Hospital Universitario de Puerto Real y llego a tener más de cuatrocientas camas. Ventilación y sol, aire puro y buena alimentación, conformaban el tratamiento.
Este año el tiempo meteorológico se ha confabulado con la ventilación. No se recuerda un inicio de verano tan ventilado.
Toca ventilar, y que las ráfagas de aire fresco lleguen a despeinarnos. «No hay mas placer al amanecer que correr cortinas y visillos y que la brisa matutina nos de vida hasta el atardecer».
Hay que ventilar lo que durante tantos años ha estado cerrado y a oscuras. Olía a humedad, a ese regusto rancio de sótano de siglos de abandono que irrita nuestros olfatos. Ventilar de abajo a arriba. Ventilar Consejos de Ministros de corbatas clásicas y trajes oscuros de ni fu ni fa. De peinados de academia de peluquería y de discursos desde la comodidad de cartera ministerial. De rezo diario y de legión con su cabra. De vírgenes con medallas reconocidas en Boletín Oficial del Estado y santos que salvan Presupuestos Generales del Estado. Ventilar un Congreso de los Diputados donde todo ha sido un contemporizar sin miramientos, donde las picas de Flandes terminaban siendo un brindis al sol. Donde el derecho de réplica en uso era un deber sin poder ser ejercitado.
Toca ventilar los derechos de los trabajadores cercenados al amparo de la estabilidad presupuestaria y el control del gasto. Toca ventilar Consejos de Administración de grandes empresas en los que el género sigue siendo una simple mercancía. Toca ventilar los Claustros de las Universidades para que de ellos desaparezca ese caduco perfume masculino y se llene de aromas florales con esencias femeninas y un sutil toque de igualdad de género. Toca ventilar a las empresas energéticas que aún no se han enterado que el cambio climático ha venido para quedarse. Toca ventilar las calles para que se pueda ejercer los derechos fundamentales de la ciudadanía sin mordaza alguna. Toca ventilar la conformación de nuestro territorio, da igual de donde venta el viento, pero que sea capaz de soplar para eliminar las diferencias entre los distintos en lengua locuaz pero iguales en derecho. Toca ventilar nuestro sistema sanitario con savia nueva y renovación generacional. Toca ventilar nuestro sistema educativo con medios humanos y novedades sólo al alcance de los privados. Toca ventilar la disposición, las ganas, la ilusión, los sueños, la utopía. Por ventilar habrá que ventilar hasta la Selección Española, eso si con permiso del Real Madrid
La ventilación de la Vieja Europa puede venir con viento del sur. La brisa española puede servir para conformar una nueva forma de hacer política. El viento ha arrasado con todo lo que no nos hará mejores.
Ahora toca ventilar los camarotes, las bodegas y las sentinas del Aquarius.
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