Vacunas para empezar a respirar

El excelso sistema público de vacunación en Andalucía propicia que la esperanza, por fin, se abra paso en la sociedad este verano

Es necesario repetir la letanía de los aguafiestas y los responsables. Pero es innegable, imprescindible, recordar que aún quedan semanas, meses, de prudencia, de medidas de prevención, de cuidado y distancia. Probablemente, deben ser progresivas en lo descendente pero aún deben estar presentes en nuestra ... vida diaria. De igual forma resulta impertinente negar el avance del alivio, más que de la alegría. La vacunación es el único elemento decisivo en ese cambio de actitud colectiva. El efectivo, ejemplar, sistema público de inoculación es el elemento diferencial para pasar del pesar comunitario a la esperanza. Atrás quedan el terrible año 2020 y el doloroso inicio de 2021. Han sido 15 meses de angustia, sufrimiento y muerte. Todo empezó cuando Europa, a través de Italia, tomó conciencia de que el virus que había nacido en China a finales de 2019 no era, precisamente, el cuento chino de un lugar muy lejano. El coronavirus se extendió por todos los rincones del planeta provocando desolación, miedo y destrucción. El 14 de marzo de 2020 nuestro país se cerró a cal y canto. Durante dos meses sufrimos un confinamiento mientras los más mayores –sobre todo pero no sólo ellos– morían víctimas de esta pandemia. Las muertes siguieron llegando con crueldad hasta este mes de marzo y aún se padecen, por más que en número menor.

El coronavirus ha cambiado nuestras vidas y llega el momento de un nuevo cambio, más que de recuperar antiguas normalidades que nunca vuelven. La vida sólo avanza en una dirección. El verano de 2021 es el de la esperanza y la recuperación. Por fin hay motivos reales para creer que la economía, a través de la movilidad, el consumo y el turismo, saldrá del bache en los próximos meses. La vacuna contra la Covid-19, su excelente plan de distribución en Andalucía, ha avivado las expectativas sobre la recuperación hasta el punto de que algunas firmas de análisis han mejorado ya sus previsiones de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB). Los riesgos aún no se han disipado: habrá focos aislados, insolvencia de empresas, despidos y comercios que cierren pero, como los contagios, empezamos a creer que irán a menos en número. La vacunación, a todo ritmo, llegará en semanas a los nacidos en los años 70 y 80 con lo que la frontera de la inmunidad estará muy cerca. Toca empezar a respirar.

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