La Voz
Un año vacío en la Alcaldía de Cádiz
El martes se cumple un año de la victoria parcial de Podemos en las municipales gaditanas, la que le permitió llegar al poder tres semanas después a través de Ganemos y PSOE. Los hechos brillan por su ausencia
Resulta difícil aportar ningún razonamiento nuevo al análisis porque ha sido constante y permanente. La lupa ha estado sobre las cabezas del nuevo alcalde, José María González, y su equipo de forma ininterrumpida. Es lo previsible cuando se trata de una novedad política de tal calibre y cuando hablamos de representantes públicos que están obligados a la ejemplaridad y sometidos a la opinión pública sin descanso. Nunca mejor dicho, va en el cargo. Pero al tratar de poner una perspectiva, de subirse en una imaginaria escalera para ver los doce meses del nuevo Ayuntamiento surgido de las elecciones del 24 de mayo de 2015 lo cierto es que sólo se ve un lugar vacío, una planicie. Apenas hay muebles, obras, proyectos ni avances en ningún sentido.
El grupo de Por Cádiz sí se Puede llegó marcado por los símbolos. Entregó a una plaza extasiada el bastón de mando, ordenó mover cuadros, alternar banderas, quitó pantallas, se hizo el nudo de la corbata, habló de ninfas y coplas, de barbacoas y niños pobres que ya eran atendidos antes pero hacer, no hizo nada. Ni un proyecto urbanístico, económico ni social ha dado siquiera un paso en todo este año. Todo lo que iba lento se ha paralizado. Lo que estaba paralizado, se ha desestimado. Los presuntos avances sociales que se presentan con la misma carga de propaganda que tenía el equipo anterior («los mejores de la historia», «los más solidarios de la historia», «lo que la gente necesita») se quedan en nada. Ni planes de empleo, ni plan de alquiler justo en marcha, ni un plan antidesahucios efectivo porque no dependen de ningún ayuntamiento. Los servicios municipales básicos (limpieza, transporte, playas, deportes...) o se mantienen tal y como estaban o han experimentado un leve deterioro. El Ayuntamiento sigue preso de un mal acuerdo entre Podemos, Ganemos y PSOE que no permite actuar a nadie, que condena a la ciudad a la inmovilidad por intereses de partidos, nunca por los comunitarios, los colectivos. El presupuesto no ha tenido respaldo y tampoco será un arma efectiva contra nada. Ayudas y ayudas, más ayudas a los necesitados sin un ápice de inversión o cuidado para que la ciudad ayude a los más necesitados a no necesitar subsidios o auxilio económico. Un año perdido en discursos ideológicos rimbombantes, antiguos e inútiles.