El Apunte
Unos datos para la esperanza
Las cifras del paro de este mes nos estimulan a perseverar tanto en la vacunación masiva como en las medidas de prevención para avanzar
Las cifras son insobornables. Son un juez inapelable que establece cuándo se están haciendo bien las cosas y cuándo se están haciendo mal. En este país, por desgracia, llevamos un año y pico muy pendientes de estas cifras, de si suben, bajan, se mantienen y ... evolucionan. Desde marzo de 2020, los números del coronavirus han desplazado en importancia a los del empleo, que habían sido, con permiso de la selección nacional de fútbol y quizá de Rafa Nadal, los que más importaban al ciudadano de a pie.
Desde que comenzó esta pesadilla llamada coronavirus, han ido parejas las malas cifras de contagios, muertos y hospitalizados y las del empleo. Por eso es tan positivo que en este mes de julio –que, recordemos, recoge los datos del mes de junio– las cifras del paro hayan sido tan rotundamente positivas. No es baladí que 15.000 gaditanos hayan abandonado las listas del paro. Significa que con la vacunación y la relajación de las restricciones (en especial las referentes a la hostelería y a la movilidad) la economía ha vuelto a fluir, a generar movimiento y, en definitiva, a repartir la riqueza.
La vacunación, sea gracias a la estrategia de la Unión Europea, a la compra de España o a la organización de la Junta de Andalucía, está surtiendo efecto. La bajada de la presión hospitalaria, aunque estén creciendo los contagios por el aumento de la movilidad y por la irresponsabilidad de muchos jóvenes, es una señal inequívoca de que la normalidad está llegando. Debemos seguir, pues, con la estrategia de acelerar la vacunación todo lo posible para arrinconar al virus y que la economía continúe con su tendencia alcista. Una provincia como Cádiz, con un paro que crece con cada pequeña oscilación de la situación socioeconómica, tiene que aprovechar esta recuperación e ir olvidando, poco a poco, la doble crisis que ha padecido en estos meses.
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