LA VOZ DE CÁDIZ - EL APUNTE

La triste realidad, la eterna propaganda

Las quejas de las mujeres maltratadas chocan con el triunfalista relato del gobierno municipal

LA VOZ

Que la vida política y partidista esté sometida a la propaganda no es un problema exclusivo de Podemos. Le sucede, hace década, siglos, a todo tipo de formaciones en muchos lugares del mundo.Lo decepcionante es que Podemos, como otros partidos rupturistas, frutos del desengaño, se presentaban como algo nuevo. Por ese contraste resulta más doloroso ver que cometen los mismos errores que los de siempre. Ni peores ni mayores. El caso del Ayuntamiento de Cádiz lo confirma. Tras criticar durante un año intenso la obsesión del Partido Popular por la publicidad y el autobombo, los sucesores cometen los mismos errores. Por otras vías, con otros modos, pero se trata de proclamar constantemente lo que, al parecer, se hace. De ocultar lo que no. De rechazar cualquier crítica, menos aún la autocrítica, y hablar de un éxito constante. Que sea más en redes sociales o internet y menos en medios convencionales cambia poco en el fondo.

Esas prácticas, de todos, se vuelven contra sus autores cuando se usa material sensible, relacionado con algún drama social o particular.Así ha sucedido con las víctimas de la violencia de género en Cádiz. El pasado 14 de julio, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, felicitaba a la capital gaditana por la iniciativa municipal de subvencionar de forma íntegra las ayudas al alquiler para las mujeres víctimas por esta lacra.

La medida fue lanzada a bombo y platillo antes de ser notificada a los grupos de la oposición y al propio colectivo damnificado. Mientras la presunta noticia iba de pantalla en pantalla entre autofelicitaciones, los grupos de la oposición y las propias afectadas aseguraban una y otra vez que las soluciones no eran tales, que las reuniones acababan sin acuerdo, que no había nada en la práctica. El resultado es que el artefacto propagandístico se cayó ayer, en la sesión plenaria. Las mujeres acudieron a denunciar que el difundido apoyo era «engañoso» ya que ese cien por cien de ayuda no era tal ni para todos los casos. Hay baremos, hay casos y casos, hay requisitos administrativos.

Es lo que sucede cuando se enfrenta la propaganda partidista con la realidad, que una siempre acaba perdiendo.

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