Montiel de Arnáiz
Transparente dieciséis
Amparados en el viejo maniqueísmo casi algorítimico de la «información es poder», en esta época donde cualquiera informa, la última moda de los políticos es la transparencia
Amparados en el viejo maniqueísmo casi algorítimico del «información es poder», en esta época donde cualquiera informa, con titulación o no, desde una redacción, su casa, un blog o grabando un vídeo, la última moda de los políticos es la transparencia. Rebobino: «información es poder» y transparencia. Si aplicamos el principio del ayuntamiento con paredes de cristal, si consideramos que la transparencia es necesaria no sólo para combatir la corrupción sino también para informar al ciudadano de los datos de sus representantes públicos, seremos dignificados como ciudadanos. Una correcta gestión de la información transparente resultaría un novedoso método de «clientelismo» mucho más elegante que la donación del sobrante salarial: ¿qué votante que se precie de serlo no aceptará con sumo agrado que los políticos pasen por la radiografía patrimonial de la pública transparencia, declaración jurada mediante?
Observo con disgusto que varios ayuntamientos gaditanos tienen en sus páginas web atractivos portales de transparencia sin apenas información. Me parece una engañifa, siento decirlo así, que un consistorio presuntamente transparente cumpla con sus quehaceres subiendo la foto de un edil, su nombre y apellidos, afiliación política y los enlaces a sus redes sociales y mail. Reconozco que soy clásico y hasta vintage: deseo el curriculum vitae lavado y escamondado de cada concejal, el académico y el laboral; ansío saber con qué jurdeles llegan los ediles a la política y con cuántos se marchan. Sin embargo lo que encuentro –si hubiere viento a favor– son declaraciones de bienes parciales, sin su salpimentado, ahítas de pdf, carentes de su nómina y su perejil. Son omisiones que invitan a la desconfianza.
Hace meses vi un programa sobre transparencia en Europa. En el Reino Unido los políticos deben subir su agenda al portal e incluso cualquier ciudadano cotilla puede requerir los links de las webs que hayan visitado sus representantes, las facturas de sus llamadas telefónicas y las de dietas y viáticos. Da la impresión de que esto en Españandalucádiz no interesa mucho pues la desinformación y opacidad provocan en el ciudadano una merma de su poder. Ésa es la transparencia que debemos exigir y no la de la Pedroche, cada nochevieja.
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