Opinión
Todos los nombres
Todo los nombre de las personas y de las cosas tienen su sentido y su por qué
Todo los nombre de las personas y de las cosas tienen su sentido y su por qué. Ya el personal funcionario del Registro Civil está curado de espanto. Atrás quedó ese encorsetamiento a la hora de poner los nombres a la descendencia. De los más ... comunes de la región a la más rancia tradición familiar. Del calendario de almanaque al santoral del día. De los recuerdos de viajes a lugares ignotos o a los de lugares cercanos. De reivindicaciones recalcitrantes a gestos esotéricos. Todo, absolutamente todo sirve para nombrar de por vida a una persona.
En la novela ‘Todos los nombres’ del Premio Nobel portugués José Saramago, Don José es un funcionario del Registro Civil que dedica todo su tiempo, el laboral y el libre, a coleccionar recortes de las fichas del Registro de personajes famosos. Un buen día encuentra el expediente de una mujer desconocida de la que, por su nombre, queda enamorado profundamente. La buscará de forma desesperada empleando todo los medios a su alcance.
Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) el nombre más común en Andalucía para los hombres es el de Manuel y para las mujeres María del Carmen, le siguen en segundo lugar Antonio y María, y la medalla de bronce es para José y Josefa. Eso sí con una media de edad todos bastante elevada. En España Antonio gana por goleada. Aquí también impera el tan manido sentido territorial. De Despeñaperros para arriba es más frecuente encontrar nombres más propios de búsquedas minuciosas en el martirologio. Si proceden de Marruecos ellos serán Mohamed y ellas Fátima, si de Rumanía Vasile y María, si de Italia Marco y Francesca, y si de Francia Jean Pierre y Nathalie. La mayoría de las Lucías están en las provincias alrededor de Madrid. Los Sinforosos no llegan al centenar en toda España y tienen de media más de setenta años, mientras que las Sibilas apenas llegan a cuarenta y con una media de edad inferior a los veinticinco años.
Ahora está de moda ponerle a los hijos nombres de series de televisión. Atrás quedó el Poldark de la década de los setenta del siglo pasado y el Kevin Costner de Jesús. La última tendencia en nombres son los personajes de la serie Juego de Tronos. Daenerys, Arya, Bran, Tyrion, Sansa y Khaleesi son algunos de los nombres con los que algunas parejas han ‘bautizado’ a sus hijos. Eso sí, sin saber el final de la serie, con el peligro que ello conlleva.
Una de las comedias más famosa del escritor irlandés Oscar Wilde lleva por título ‘La importancia de llamarse Ernesto’. En esta farsa banal para gente seria emplea el doble sentido de las palabras y los nombres en una sociedad puritana y clasista.
Esta palabra que escribimos en el apartado del nombre puede que diga mucho de nosotros.
«José se llama el hombre, Josefa la mujer, y el niño que tenían también se llama José».
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