LAVOZDECADIZ - EL APUNTE
Todo se detiene menos el tiempo
La tozudez de cierto sector de la izquierda en bloquear la formación de un gobierno ocasiona la paralización de iniciativas como la rehabilitación de la muralla
En los últimos meses no deja de escucharse en los bares, en el autobús o en cualquier otro cenáculo de lo intrascendente, que no se nota la falta de Gobierno y que, realmente, tampoco es tan grave la carencia de un Ejecutivo que dicte de forma clara el devenir de las actuaciones. Quienes eso dicen, con una vaso en la mano o con la mirada atenta a ver cuándo llega su parada, se habrán dado cuenta de que en el último año todo se ha parado, salvo el tiempo, que se sigue escapando inmisericorde. Y en esta huida del tiempo y en esta paralización de lo demás todo se degrada, empiezan a salir grietas y los remedios que se pueden aplicar son pocos. El último caso, el de la muralla que circunvala y protege Cádiz. La falta de unos Presupuestos Generales hace imposible que continúen las labores de rehabilitación de un lienzo dañado por lo que ni los dioses pueden detener: el tiempo.
La tozudez de cierto sector de la izquierda, en alianza con un nacionalismo incapaz de ver más allá de sus banderas, está bloqueando la formación de un Gobierno que pueda, de nuevo, hacer que todo se mueva al ritmo de la normalidad. Ni más ni menos. Esta situación de incertidumbre tiene paralizadas decenas de obras en la provincia e inquietos a los inversores que no saben qué rumbo puede tomar la Administración, si bien habrán respirado tranquilos al comprobar que la posible formación de un gobierno anti-Rajoy parece cada día más lejana.
El caso de la muralla, uno de los estandartes del gaditanismo, es la metáfora perfecta. España necesita de Gobierno y de unos presupuestos claros. Unas terceras elecciones prolongarían otros seis meses esta situación que ya es insostenible. Por encima de los discursos grandilocuentes, de las políticas populistas y de las anquilosadas trincheras guerracivilistas debe estar la gente y las soluciones que se dan. Para que no sigan saliendo grietas. Para que la marea no siga erosionando una sociedad que, cada vez más, pide soluciones mientras que va pasando el tiempo.
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