OPINIÓN
Tiempos sombríos
La voz de los poetas nos ayuda a entender el desasosiego que caracteriza un siglo XXI que ha comenzado mal
Así comienza uno de los poemas más bellos de Bertolt Brecht (1898-1956): «Verdaderamente vivo en tiempos sombríos». El poeta y dramaturgo alemán escribe estas palabras en 1938, ya exilado de su patria, cuyos radicales dirigentes van a desencadenar la guerra más cruenta que ha ... conocido la historia de la humanidad, durante la cual trabaja como guionista para la industria cinematográfica de Hollywood. Al terminar la contienda fue una de las figuras intelectuales que participa con ilusión en la construcción de una República Democrática Alemana que, una vez desencadenada la ‘guerra fría’, acabó generando una feroz dictadura. «En los tiempos sombríos ¿se cantará también? También se cantará sobre los tiempos sombríos». Brecht vivió la derrota alemana en la Gran Guerra, la quiebra del capitalismo liberal, el ascenso del nazismo y la Segunda Guerra Mundial; tomó partido hasta mancharse como diría nuestro poeta Gabriel Celaya, por eso explica a los hombres del futuro: «nosotros que queríamos preparar el camino para la amabilidad, no pudimos ser amables». Resulta inevitable recordar estas reflexiones poéticas, cuando los noticieros dan fe de esa tragedia humana colectiva que recorre el planeta, desde las frágiles embarcaciones cargadas de seres humanos que nadie quiere rescatar, a las largas caravanas de personas doloridas que atraviesan páramos y desiertos para desfallecer al pie de una alambrada o un muro.
La voz de los poetas nos ayuda a entender el desasosiego que caracteriza un siglo XXI que ha comenzado mal. El portugués Fernando Pessoa (1888-1935), fue uno de los escritores más brillantes de la literatura universal, cuya singularidad consiste en la invención de heterónimos, que, a diferencia de los seudónimos, son personalidades completas, las cuales adquieren una vida artística propia diferente, de manera que Fernando Pessoa pasa a ser llamado ortónimo. Bernardo Soares, uno de los heterónimos de Pessoa, adelantó en su ‘Libro del Desasosiego’ todas las desgarraduras que se están ocasionando en nuestra época. Este siglo comenzó con unos aviones que se estrellaron contra las Torres Gemelas de Nueva York; a partir de ahí se precipitan las pesadillas: la crisis financiera, las notables rebajas en la calidad de vida y en los servicios públicos, la precariedad entre las clases medias, la extensión de la pobreza, la irrupción de los nuevos fascismos y la desazón de los jóvenes por la escasez de expectativas.
Pessoa aspiró a la unidad ibérica; idea que formula en 1918, mediante un Estado Ibérico aliado de Inglaterra, al que consideraba «el único país realmente civilizado de Europa». Y en este sentido considera el secesionismo catalán como un grave problema: «Como en todos los dramas no hay solución satisfactoria, porque el único arbitraje seguro, y por eso injusto, es el del destino». Recuerdo una reunión con los poetas catalanes Pere Rovira y Joan Margarit, en la cual ambos proponían la adhesión de toda España a la República Francesa; en 2008 Joan Margarit recibió el Premio Nacional de Poesía, el Premio de Literatura de la Generalitat de Catalunya y el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda. En 2002 había escrito ‘L’alba en Cádiz’; en uno de nuestros encuentros le pregunté qué distinguía a la poesía de los restantes géneros literarios; me contestó: la concisión, cuando en un texto no sobra ni una palabra porque sin ella no se entendería, eso es poesía. ‘Un mal poema ensucia el mundo’, publicado en 2016 reúne sus ensayos sobre poesía (1988-2014). Yo creo que poesía es la belleza de la verdad, el lado valiente de una canción.