Opinión
El tiempo de Susana Díaz
La aprobación de los presupuestos presentados por el ejecutivo de Juanma Moreno son un doble torpedeo en la linea de flotación de Susana Díaz
La aprobación de los presupuestos presentados por el ejecutivo de Juanma Moreno son un doble torpedeo en la linea de flotación de una cada vez más hundida Susana Díaz. Si la semana pasada se sacaban adelante en el Parlamento andaluz los presupuestos establecidos por el ... Partido Popular y Ciudadanos para la gestión de la Comunidad andaluza durante estos próximos meses hasta final de año, ello hace que suponga un doble varapalo al PSOE andaluz y, en particular, a la que hasta hace solo unos meses llevaba el mando de la región desde el palacio de San Telmo.
Susana Díaz, la sucesora del reino de Chaves y Griñán, la eterna heredera al trono de Ferraz, la que todo lo podía –o al menos eso creía ella–, la verdadera Daenerys Targaryen de Andalucía, y no una mala copia como otras, encontraba que la derecha había sido capaz de sacar adelante unos presupuestos que en ninguno de los casos podían tacharse de antisociales ni de perjudicar a los intereses de los andaluces. Con esto, Juanma Moreno y su equipo lograban dar el primer golpe a una maltrecha expresidenta refugiada en sus cuarteles de invierno y tirar por tierra su único fin actualmente, que no es otro que el poner todas los palos posibles en las ruedas del actual ejecutivo andaluz.
Por otro lado, estos presupuestos son una muestra más de su pérdida de poder, la cual es aplaudida en la penumbra de la sede de Ferraz. Desde allí, hay quienes se frotan las manos viendo como la andaluza va perdiendo poco a poco la fuerza de la que antaño se vanagloriaba, quedando relegada en la actualidad a una sombra de lo que en su día fue o pretendió ser. Quizás, este sea el torpedo que más ha dolido a Susana Díaz, ya que le aleja de lo que en su día intentó, que no era otra cosa que asaltar el poder de la Secretaría General del Partido Socialista.
Susana, poco a poco, va sufriendo en sus carnes el desgaste de encontrarse en una oposición que ve como el nuevo gobierno andaluz va sacando adelante unos presupuestos, reduce las listas de espera en la sanidad, destapa los escándalos en los órganos de la Junta o, entre otros, pone sobre la mesa el despilfarro socialista del dinero del contribuyente andaluz. Esto no hace más que debilitarla ante Pedro Sánchez a la hora de negociar o de echarle un pulso de fuerza entre líderes.
Un Sánchez que ve como sus leales se van haciendo con las Diputaciones andaluzas y van cercando el poder de los ‘susanistas’. Todo esto va decantando la moneda en este momento hacia un líder nacional que no dudará en terminar de ‘aplastar’ cualquier vestigio del ‘susanismo’ andaluz, con su representante a la cabeza, en cuanto tenga la más mínima oportunidad de ello.
Es por eso, que la negativa de Susana Díaz de saludar al consejero de Hacienda cuando se aprobaron los presupuestos va más encaminada al hecho de ver peligrar su puesto al frente del socialismo andaluz que al simple hecho de que salieran adelante los mismo o a la mención de Victoria Kent y su negativa a la aprobación del voto femenino.
El tiempo de Susana Díaz frente al PSOE andaluz va teniendo fecha de caducidad y eso es algo que a ella no se le pasa por alto y, mucho menos, a un Pedro Sánchez ávido de venganza desde que aquella osó disputarle el liderazgo nacional.
Ver comentarios