EL APUNTE
El tesoro de la almadraba
El cierre de la campaña recuerda el duro camino recorrido por un sector excelso que aún debe incrementar límite de capturas
Hoy acaba una nueva temporada de captura de atún rojo en las milenarias almadrabas de la provincia . Hoy ya lucen convertidas en un atractivo cultural, en una reliquia que, sin embargo, es una realidad empresarial con enorme potencial gastronómico, turístico y laboral, porque ... da trabajo directo a casi 500 personas, sin contar a todas las empresas y los autónomos que se benefician alrededor de esta actividad.
Pero ahora, hoy, que brilla el esplendor de la moda, de la atención y el halago, conviene recordar de dónde venimos en las almadrabas gaditanas. Han pasado muchos años. Han sido muchas las reducciones injustas que metían a todos los pescadores en el mismo saco. Han sido muchos recortes, que suponían muchos puestos de trabajo perdidos en zonas con tantas dificultades como Barbate, Tarifa o Conil, donde no sobran, precisamente. Muchos años de espera pero, al final, como dicen los mayores, la verdad siempre se impone. El límite de las capturas va creciendo, aún lentamente. La Comisión Europea de Pesca las ha incrementado progresivamente y este año, las almadrabas cierran con 1.891 toneladas de oro rojo capturadas de forma rentable, prestigiosa y, además, con la técnica de pesca más respetuosa con el medio ambiente y el recurso, además de la que más empleo genera.
Un maestro, un catedrático del atún como Pepe Melero (alma del templo culinario de El Campero) recuerda cada vez que tiene ocasión que lo verdaderamente peligroso para la especie, lo que esquilma, es pescar con ultrasonidos y helicópteros, con tecnología que aniquila bancos enteros sin respetar tamaños ni ciclos de reproducción. La almadraba, en cambio, solo atrapa ejemplares de más de 30 kilos, adultos que vuelven de la fase de reproducción, que han completado el proceso, que han dejado en el mar la semilla que multiplicará su número para el próximo año.
Además, por su técnica manual, por ser una obra de arte ecológica y marinera, solo es posible capturar a un número de ejemplares diminuto en comparación con lo que pueden hacer enormes barcos y aeronaves en océano abierto. A las almadrabas las respaldan la historia, las cifras y la excelencia. Pero es necesario que las cifras sigan creciendo y sumándose a las palabras llenas de respeto y reconocimiento.