OPINIÓN
Las tareas que deja el Carnaval
Los debates pendientes sobre el Concurso del Falla, la limpieza, la protección a las callejeras o la debilidad del programa oficial deben afrontarse ya
A partir de mañana llegarán las ruedas de prensa y los escritos de partidos o colectivos diversos para hacer un balance del recién concluido Carnaval de Cádiz. Cabe esperar que el equipo de Gobierno del Ayuntamiento haga un balance positivo de la edición, ... ya que no ha habido grandes dificultades, más allá de las notables deficiencias en limpieza en Extramuros, de los inevitables conflictos de transporte y aparcamiento, o de alguna desgracia aislada que puede producirse en cualquier momento del año.
En lo referente al Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas (COAC) convendría que tanto los protagonistas como los organizadores afrontaran de manera abierta y sin ambages las numerosas críticas proferidas por los propios autores y componentes de las agrupaciones. De forma casi unánime se asegura que el certamen vive una decadencia fruto de un modelo desbordado por una participación excesiva. El eterno debate de la criba previa, el sistema de puntos, los horarios, los cabezas de serie, la duración de la Final... Ha llegado el momento de abordar definitivamente la situación de una parte del Carnaval que, si bien es independiente, concita una creciente expectación porque sirve de invitación y prólogo para la fiesta en la calle. Con el pregón hay unanimidad sobre su éxito. Así que cabe apuntar que la fórmula de la gran estrella funciona.
Y más allá de las puertas del Gran Teatro Falla, también hay numerosos asuntos de la fiesta mayor de la ciudad que no terminan de ser aclarados por el Ayuntamiento, como la debilidad del programa oficial de conciertos y actuaciones o las crecientes dificultades de las callejeras (cada vez más) para dar vida a la fiesta . Especialmente acusadas en el primer domingo de celebración.
El momento de planificar y tomar las decisiones empieza ahora , ya. Esperar al próximo otoño para volver a sacar debates que tienen años de retraso no tiene ningún sentido. A no ser que se trate de dejar la patata caliente a la próxima administración municipal.