También hay buenas nuevas, pese a todo

Pese a los intentos de demasiados nuevos representantes de las instituciones públicas, el mundo sigue girando. Funcionando. Y no todo son banderas monárquicas o republicanas, lecciones de moral y toda clase de proclamas populistas. Los ciudadanos –y las ciudadanas, como gustan decir– tienen sus propias preocupaciones, mucho más importantes que las que por lo visto tienen determinados políticos.

Por eso hay que acoger con alborozo toda buena nueva que vaya llegando, porque no nos queda otra que mirar al futuro, no al pasado. Ayer, la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA) anunciaba que la provincia de Cádiz ha sumado en el primer trimestre de 2016 un total de 411 nuevos emprendedores. Personas que han decidido coger el toro por los cuernos y labrarse un futuro a base de trabajar. A ninguno de ellos le importa qué bandera ondea en el ayuntamiento. Lo que necesitan es que si ese mismo consistorio requiere en algún momento de sus servicios, le pague en tiempo y forma, para poder seguir creciendo.

También hemos sabido que el Consejo de Ministros ha aprobado una partida de casi un millón y medio de euros para los pescadores –entre ellos los del Golfo de Cádiz– afectados por la paralización temporal de su actividad. En absoluto les importa a ninguno de ellos los tejemanejes de sus representantes públicos. Ni siquiera les indignan ya los lamentables y diarios casos de corrupción que ven en las noticias. Más bien les hastían, hartos de estar hartos.

Lo mismo ocurre con el personal médico del Puerta del Mar, que tienen que lidiar hasta con las bacterias de la UCI, o con los intoxicados del Bar Grimaldi, que en algunos casos aún tienen un largo proceso por delante.

Lo único que esperan de sus políticos es que ejerzan su labor de forma callada. Y sobre todo eficiente. Que no les aburran más con sus lamentables peleas. Bastante tienen con sus propia lucha diaria.