La noche roja
Se cumplen 84 años de la explosión del polvorín de Cádiz acaecida el 18 de agosto del año 1947
Yo viví la explosión en vivo y en directo. Fue tal la conmoción que causo en mi alma de niña, fue tan trágica aquella noche, que pasados unos días escribí mis impresiones por necesidad urgente por sacar de mi interior aquello que tanto ... me agobiaba. La escribí para no olvidarme nunca, y que el tiempo no borrase aquellas dolorosas pérdidas que sufrí. Fueron muchos los que perdí, ligados por familiares, amigos y conocidos .
La noche fatídica me encontraba en la alameda con dos amiguitas, entre 11 y 12 años. Estábamos a la altura del árbol gordo, como se le sigue llamando, jugábamos a saltar sus enormes raíces, cuando un globo rojo surgió del mar como a la altura de los astilleros. Ese globo fue subiendo y subiendo y estalló lanzando como trozos de metales ardiendo que iluminaban la oscuridad absoluta de la noche. Nos abrazamos las tres llorando y temblado de pánico, fuimos dando tumbos y unos chicos nos condujeron hasta la plaza de Mina, donde se encontraba el cuartel de la policía armada y un policía con una linterna nos llevo a nuestras casas. Las calles eran alfombras de cristales y los gritos aterradores , desde lejos pude ver mi casa con velas encendidas en la puerta y balcones. Todos lloraban, padres, hermanos y la tata, fui la última en llegar, me habían estado buscando. Mi padre, que era médico, junto con el prácticamente, nos estuvieron sacando a mi y a mis hermanas cristales de los pies, pues llevábamos sandalias, ¡que confusión! nadie sabia nada de lo ocurrido. Mi padre se marchó al hospital y nos quedamos todos juntos, hechos una piña, alrededor de mi madre y las tatas, temiendo que pudiera repetirse otra explosión. ¡Que noche mas larga!
Al cabo de dos meses, nos llevaron nuestros padres al barrio de San Severiano, donde tanto habíamos jugado en la casa de nuestros familiares y amigos, que panorama mas duro de contemplar, todo arrasado, cascotes y hierros retorcidos y quemados . De la casa cuna donde tantos niños había, no quedaba nada, solo soledad y silencio.
Hoy, 84 años después , tras investigar, no aceptan que fuera el calor lo que motivó la explosión del polvorín de Cádiz ni el de al poco, Alcalá de Henares, donde también se produjeron muchas muertes. Esta claro para muchos, muchísimos que fue una cruel venganza de los que no supieron perder en su día.
Ruego a Dios, por los que murieron, que estén gozando en el cielo por siempre y que la Justicia Divina haya caído sobre los culpables.