La Voz de Cádiz
Un sueño con retraso
La visita a Málaga parece anunciar, por fin, el plan de integración entre el puerto y la ciudad
Los responsables municipales y portuarios de Cádiz giraron ayer visita a Málaga para aprender del proceso de integración entre los muelles y la ciudad, que la capital de la Costa de Sol realizó con mucho éxito y sin el inexplicable retraso que arrastra la gaditana. Es una ocasión de conocer ventajas e inconvenientes, plazos e incluso arrepentimientos para poder aplicarlos en la casa propia. Con este tipo de acciones, parece claro que la fusión entre la ciudad y el puerto está, por fin, muy cercana. Los ciudadanos la reclaman hace más de una década y el PSOE local, en su travesía del desierto municipal, aportó un gran plan a finales del siglo pasado. Quedó lastrado por su falta de protagonismo político desde 1995 hasta ahora. Con todo, parece que 2017 será el año del definitivo despegue de este viejo propósito y, por extensión, del puerto de Cádiz. Con vaivenes y diferencias según el producto, el tráfico de mercancías mantiene una tendencia al alza que sirve de motor al resto de actividades. El incremento de pasajeros hace mucho que dejó de ser noticia. Su auge es el más notable de España. Ningún puerto ha subido más en menos tiempo y aunque tiene un impacto moderado en su cuenta de resultados, conviene apreciar su efecto psicológico, su capacidad para hacerlo visible ante el resto de la ciudad. A estos dos pilares hay que añadir otros avances estructurales, más que comerciales y financieros, que también se materializarán el próximo año. Con la financiación de la nueva terminal para el tráfico de contenedores del puerto de Cádiz ya despejada de incógnitas, el túnel que conectará esta nueva superficie con el segundo puente será una realidad a mediados del año próximo.
Esta vía que pasará bajo la factoría de Navantia en la capital será una revolución para la conexión del transporte con carretera y los muelles. La imponente explanada de la nueva terminal está llamada a ser ese punto de unión entre dos formas de comunicación que, sumadas, están llamadas a contribuir de forma decisiva a la prosperidad de la ciudad. Como añadido, como quedó en evidencia ayer con la visita a Málaga, 2017 debe ser también el año definitivo en el que el recinto portuario se abra a la ciudad, con la eliminación de la valla actual y su sustitución por otra móvil. Ese deseo antiguo debe marcar una nueva etapa que deje atrás los días en los que la ciudad vivió de espalda a su puerto y su mar.