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La resolución del Tribunal Europeo se limita a interpretar la normativa europea
Cuando se conoció la noticia de la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea que decretaba la inmunidad de un delincuente, las redes sociales ardían compartiendo y difundiendo el palabro del título de la columna de hoy.
Se trata de un movimiento ... de repulsa y hastío hacia las continuas vejaciones -dicen- que se infringen a nuestro ordenamiento jurídico desde los distintos estamentos judiciales europeos. Y propugna, como respuesta, la salida de España de la Unión Europea.
Y es que, lejos del debate sobre el acierto o error de unos jueces u otros, se extiende como un reguero por cafés y tertulias un cierto sentimiento de ofensa patriótica y un clamor -por ahora silencioso- de respuesta y plantón. Es muy probable que desconozcamos las cuestiones técnicas de la sentencia europea y la legitimidad de su decisión, pero se alza como una losa inapelable una aseveración generalizada: “Esto no se lo hacen a Francia ni a Alemania”.
Pero esa no es la cuestión. El asunto no debe simplificarse a una conversación de barra de bar sin fundamento ni conocimiento. La resolución del Tribunal Europeo se limita a interpretar la normativa europea , que entre miles de reglamentos, directivas y normas que lo regulan TODO, viene a decir que el Tribunal Supremo español debió levantar la prisión provisional del heredero genético de Alain Delon cuando salió elegido europarlamentario.
El asunto no es nuevo; y no han sido los catalanes quienes inventaron esta pólvora. Otros muchos personajes de distinto pasaporte y pelaje han buscado el paraguas europeo para tratar de salir indemnes de sus tropelías. ¿Ya no recuerdan la lista de electores que llevó a Ruiz Mateos al Parlamento Europeo?
Así que no creo acertado plantear una salida de la Unión Europea por éste asunto concreto. Planteémosla por otras cuestiones (tenemos muchos temas donde elegir, que exceden con mucho el espacio de ésta modesta columna), pero no porque unos jueces -cuya autoridad hemos aceptado- hayan aplicado una normativa -que hemos adoptado- y hayan destapado una falta de diligencia de “nuestros” jueces al no haber aplicado correctamente la legislación que deberían conocer.
Y ¿cómo hemos aceptado a esos jueces y adoptado esa normativa?, se preguntarán. Pues cada vez que usted se ha dejado engañar para depositar su voto a favor de un político u otro en unas elecciones europeas permitiéndose desconocer para qué servirá esa elección y qué se hace en Bruselas, aparte de comer mejillones.
Hoy por hoy, precisamente, la pertenencia a la Unión Europea es la mayor defensa que nuestra unión nacional pueda tener frente al desafío independentista. Porque, políticamente, no interesa a Europa ninguna disgregación territorial y serán las Instituciones Europeas quienes dificulten cualquier movimiento independentista. ¿O es que se creen ustedes que el nuevo gobierno marxista-separatista va a aplicar la Ley?
No nos engañemos. Más adelante, si España elige a un gobierno decente, ya veremos. Por ahora, #EspañaDentro.
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