El Apunte
La sonrisa de la esperanza frente a los números
La evolución del desempleo es la mejor en cuatro años pero contrasta con ser, aún, la provincia más castigada
Los números son tozudos. Generalmente más bruscos y secos que las palabras. Hablan menos pero resulta imposible contestarles. Los que hablan de paro y desempleo son los más esperados en la provincia de Cádiz desde hace mucho. Llevamos décadas esperando que nos den una buena noticia de verdad. Se resisten. Nos van contando alivios que sólo son considerables si se suman unos a otros. Los últimos consiguen ese efecto. Si se miran por separado, parecen una tirita sobre una enorme herida abierta y sangrante. Si se suman, parecen puntos de sutura que van cerrándola.
Los datos de la Encuesta de Población Activa conocidos ayer hablan de un favorable segundo trimestre. Hablan de la creación de 18.400 nuevos empleos y una bajada de la tasa de paro hasta el 35,3%. Son dos puntos menos aunque ese número aún parezca alarmante. Cádiz se suma a la racha positiva de toda Andalucía, de toda España, aunque salía en posición de desventaja. De hecho, salía la última y aún sigue siéndolo. Es la provincia con mayor desempleo en España por delante de Jaén (34,8%) y Granada (32%). Con todo lo que queda por recorrer, empieza a llamar la atención lo recorrido desde el fondo del abismo. La provincia cuenta con casi 15.000 ocupados más que hace tres meses pese al hándicap de que ha subido la población activa (número total de personas en edad y situación legal de trabajar).
La buena evolución del empleo ha tenido un impacto directo en el paro, que reduce la demanda en 6.300 personas en este segundo trimestre y llega a los 10.000 si se compara con el mismo periodo de 2015.
Todos estos números, sumados, pese a que seguimos los últimos en el furgón de cola, dibujan algo parecido a una tímida sonrisa, la de la esperanza. Los sindicatos sostienen que se trata de un espejismo que guarda relación directa con los contratos en precario que propicia la temporada turística. Quizás las dos partes, optimistas y críticos, tengan una mitad de la parte de razón.
Por un lado, estamos ante una tendencia que no se advertía desde hacía algo más de cinco años. Por otra, este respiro viene avalado por el sector servicios, es decir, no sobrevivirá al verano. Bien es cierto que el otoño comenzará mejor que los anteriores.
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