EL APUNTE
Soluciones en lugar de palabras
Las entidades que trabajan con los sintecho piden al alcalde que, en lugar de predicar, reparta el trigo
Un sabio refrán castellano dice que no deben darse consejos a quien reclama dinero. Los gaditanos, en especial quienes están en una situación más vulnerable, se enfrentan desde hace tres años a un escenario municipal en el que sólo obtienen bellas palabras (algunas de ellas ... expresadas en forma de emotivas cartas abiertas que más parecen un pasodoble que un compromiso político) de un alcalde al que se le piden soluciones. No hace falta irse muy lejos para encontrar a los nuevos indignados con las políticas municipales que surgen en San Juan de Dios: en cada Pleno, el turno de ruegos y preguntas se ha convertido en un desesperado mentidero en el que se recuerdan al señor González Santos las promesas que, cuando aún era candidato, les realizó Kichi.
El balance de personas sin hogar de la capital , unas 200, es una prueba más del trecho que separa el dicho del hecho en el Consistorio gobernado por Podemos e Izquierda Unida. Desde el colectivo Calor en la Noche se denuncian las excesivas trabas que se les pone a quienes buscan un hueco en el albergue, entre las que está la de que no haya un espacio habilitado para perros (en demasiadas ocasiones, el único vínculo afectivo de estas personas) o que se expulse a los que no hagan su cama. Desde Despertares, además, se reprocha la falta de atención para quienes sufren de problemas mentales, cuya peor terapia es volver a vagar por las calles. Quienes trabajan en el día a día de las personas sin hogar tratan de entender por qué el cacareado centro de baja exigencia, licitado en octubre de 2017, aún no tiene fecha de apertura pese a que fuera declarado como uno de los hitos principales del nuevo gobierno municipal. Tampoco entienden por qué no se adoptan medidas sencillas como tratar de instalar una consigna para que los sintecho puedan dejar sus escasas pertenencias sin miedo a que se las roben.
Los grandilocuentes discursos de cierto sector de la izquierda nos siguen recordando al cuento del traje nuevo del emperador. Frente a las promesas de más gasto s ocial, de acabar con la pobreza y de dar amparo a los parias de la tierra, el número creciente de personas sin hogar de la ciudad o las colas en los servicios sociales claman, cada vez con menos reparos, que raídos los ropajes de demagogia y pese a su nuevo gusto en el vestir del alcalde, el equipo de Gobierno está desnudo.