Felicidad Rodríguez

Semana Santa en Cádiz

l margen de la devoción de cada cual, hay magníficas tallas que en nada tienen que envidiar a las de otras ciudades

legan los desfiles procesionales a paso de horquilla y también lo hace la primavera aunque sea a ritmo de ventolera. Este año las lluvias dan un respiro a la Semana Santa , así que la hostelería está de enhorabuena ya que todo indica que, afortunadamente, las estimaciones de ocupación se van a ver superadas. Además, esta semana tendremos lleno en el muelle con la continua llegada de cruceros que nos traerán unos 24.000 turistas.

Los cruceristas, muy probablemente, no estén en condiciones de valorar la bondad, o los inconvenientes, de la carga gaditana frente a las foráneas que se han ido abriendo paso en muchas cofradías. Lo que sin duda podrán comprobar, más allá de las creencias religiosas de cada uno, es la exhibición de una de las más antiguas tradiciones andaluzas y la oportunidad de admirar espléndidas obras de arte que, por estas fechas, toman las calles y las plazas de Cádiz.

De camino podrían rascarse un poquito más el bolsillo. Según un estudio de la universidad gaditana, cada crucerista se gasta una media de unos 38 o 39 euros al día; los tripulantes, unos 14. Vale lo segundo, pero los viajeros podrían estirarse algo más. De cualquier manera, los que pernocten por aquí podrán encontrarse, por cualquier esquina, con alguna de esas tallas que ilustran la Semana Santa. Y los que no lo hagan también tienen la posibilidad de un atractivo recorrido matinal por los templos gaditanos para conocer nuestra imaginería y, de paso, esas excelentes muestras del barroco de muchos de sus retablos.

Desconozco si, para estas fechas, las oficinas de información municipal tienen previsto hacer llegar a los cruceros algún tipo de guía para esos recorridos. La ocasión lo merecería, tanto para difundir nuestras riquezas artísticas como para animar a los visitantes a salir de las cubiertas para, aprovechando el paseo entre templo y templo, se tomen los oportunos respiros para coger fuerzas y, de paso, retratarse un poco más. Pero, dejando de lado a los turistas, los propios gaditanos tenemos con la Semana Santa una excelente oportunidad para pararnos a apreciar muchos tesoros que, por eso de que los tenemos siempre a mano, quizá no sabemos reconocer en lo que se merecen.

Al margen de la devoción de cada cual, hay magníficas tallas que en nada tienen que envidiar a las de otras ciudades. Algunas de ellas ya han salido a la calle, como la del Cristo de Humildad y Paciencia ; otras, las veremos hoy, como el Ecce Homo , y otras buenas muestras pasearán por Cádiz en los próximos días, como ese anónimo Cristo de la Buena Muerte que no habrían dudado en firmar Martínez Montañés o Alonso Cano . Pero es que hasta los recorridos procesionales, y sus propios ritmos, nos permiten apreciar mejor las excelentes muestras de nuestra arquitectura. Entre parada y parada, los penitentes no tienen más que alzar la vista para comprobar la belleza de nuestras fachadas y balcones.

Hace años se editó un cartel con el motivo de los balcones de Cádiz. Allí aparecían, entre otros, el de la Casa del Almirante, el de la casa palacio del Callejón del Tinte o el de la Casa de las Cadenas. Es quizás el momento de admirar con detalle esas muestras, y otras muchas anónimas, que hacen del centro de Cádiz un espacio arquitectónico único.

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