HOJA ROJA

Un saco de carbón

Hubo un tiempo en el que los Reyes Magos traían regalos sin ticket para descambiar y sin posibilidad alguna de devolución

Yolanda Vallejo

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Hubo un tiempo en el que los Reyes Magos traían regalos sin ticket para descambiar y sin posibilidad alguna de devolución. Lo que dejaban es lo que había, nos gustase o no, lo hubiésemos pedido en la carta o –lo que es muchísimo peor- no. ... Eran, casi siempre, regalos preventivos que Sus Majestades añadían a la lista por su cuenta; ya sabe, pijamas, batas, ropa interior –como si te estuviesen deseando siempre una estancia hospitalaria o una mala enfermedad-, colonia, pañuelos, calcetines… siga, siga, que de regalos preventivos tiene usted para poner un puesto. Y lo más grave es que, a día de hoy, los sigue recibiendo. Es la herencia histórica que nos dejaron nuestros padres y abuelos que vivían instalados en el “por si…” y donde se incluían, además, regalos de “género”. Confiéselo, si es mujer, a usted también le trajeron los Reyes Magos juegos de sábanas, toallas, sartenes y pequeños electrodomésticos que ni siquiera sospechó que existieran en el mercado. Era la época, ya le digo, en la que no cabía posibilidad de descambiar o de devolver aquello que le habían traído. La magia de Oriente en estado puro.

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