EL APUNTE
Un reto mayúsculo
La provincia inicia hoy el Paso del Estrecho, la mayor operación de desplazamiento masivo anual en Europa
La Operación Paso del Estrecho (OPE) ha ganado en los últimos años agilidad y seguridad. Atrás quedan aquellos años donde Algeciras era un semáforo en rojo donde miles de familias se agolpaban cada verano en el puerto para poder cruzar a Marruecos en vacaciones y volver a sus lugares de residencia (mayoritariamente, Francia). Hace años, el viaje entre Europa y África se frenaba en seco en la provincia de Cádiz debido a los controles policiales y a la burocracia. Hoy existen más controles y, sin embargo, el paso es más fluido.
Las autoridades españolas han invertido en modernos sistemas de inspección a la vez que han ejecutado obras de acondicionamiento para que Algeciras y Tarifa sean un trampolín hacia África. Interior ha llegado a asegurar en estos últimos años que el dispositivo «roza ya la perfección». A partir de hoy llega otra edición y otra ocasión de comprobarlo.
La OPE afronta el tránsito de casi tres millones de personas. El balance de este flujo migratorio debe ser que la normalidad, la agilidad, la seguridad, la ausencia de incidencias y los tiempos de espera sean óptimos. En los últimos años se ha llegado a una media de dos horas de espera para embarcar, pese al incremento constante en los desplazamientos de vehículos y en los embarques, un año tras otro.
Desde la Dirección General de Tráfico (DGT) también se afronta el esfuerzo que implica la OPE funcione perfectamente. En el operativo intervienen hasta ocho puertos españoles pero son los de Algeciras y Tarifa, dependientes de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras (APBA), los que se llevan el 75% del flujo de viajeros por un obvio condicionante geográfico de cercanía.
Las cifras de pasajeros han encadenado incrementos un verano tras otro, con episodios de tres años con cifras por encima del 2%. Eso ha propiciado que la provincia de Cádiz soporte el mayor dispositivo de Europa para desplazamientos masivos. Conviene tener en cuenta esta servidumbre y este compromiso inevitable para un territorio que es puente entre dos continentes. Ejerce esa condición con especial intensidad en tiempos de vacaciones que comienzan hoy.
Sólo cabe desear que lo haga con el éxito y la competencia que ha mostrado en los últimos veranos pese a que cada vez son más viajeros.